Primero el plan integral municipal de residuos y después la subida de la tasa de recogida de basuras. El consejo de administración de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa), presidido por el forista Esteban Aparicio, frenó ayer la intención del gobierno forista de subir hasta un 10% esta tasa a los vecinos de cara al inicio de 2018. Tras un amplio debate político se optó por mantener , de momento, congelados los precios a la espera de definir de manera concreta las medidas a desarrollar en ese plan y establecer su repercusión económica real para la empresa.

El pacto es que una vez elaborado el Plan, el debate tarifario vuelva al consejo de administración, sea el momento del año que sea, sin esperar al debate general de las ordenanzas fiscales. Todos los consejeros votaron a favor de esta propuesta excepto UGT, que se abstuvo. Ahora mismo la cuota doméstica por recogida de basura se cifra en 9,98 euros al bimestre y en 11,34 euros la industrial.

Emulsa se une a las empresas de aguas y transportes urbanos en la congelación de sus tarifas. Aunque esta no era la idea inicial. La dirección de Emulsa había presentado a los consejeros dos propuestas de subida de las tarifas de recogida de basuras para el año que viene: una del 5% y otra del 10%. La primera era un propuesta de mínimos y la segunda el escenario ideal. Ambas justificadas por la necesidad de desarrollar en un futuro cercano medidas incorporadas al plan integral municipal de residuos tendentes a cumplir con los mandatos europeos sobre objetivos de reutilización y reciclaje de residuos en el horizonte de los años 2020 y 2030. La subida del 5% suponía pasar de 9,98 a 10,48 euros la tasa bimestral en cuota doméstica. La tasa anual quedaría en 62,87 euros: tres euros más que ahora. la tasa pasaría a 65,87 euros -seis más- si se hubiera optado por la subida del 10%.

En ese contexto está la polémica propuesta de Emulsa de caminar en dirección a un pago personalizado a partir del principio de "quien contamina paga" y con el objetivo de que, explican desde la empresa, "los ciudadanos que generen un menor volumen de residuos o reciclen más paguen un importe menor de la tasa de recogida de residuos". Una de las herramientas de control sería a través del uso de la tarjeta ciudadana para acceder a los contenedores. Los más de cinco mil contenedores que se acaban de comprar y que se irán instalando en los próximos cinco años, con una inversión de un millón de euros al año, ya están adaptados para la instalación de un sistema electrónico de control de accesos.

El denominado "pago por generación" ya es una realidad en siete municipios españoles y está en estudio en muchos otros impulsado, entre otras entidades, por Ecoembes, la organización que desde hace dos décadas coordina a todos los agentes implicados en el proceso de reciclaje. Ecoembes, por ejemplo, es partidario de sumar al acceso controlado a los contenedores el uso de bolsas con códigos de identificación. Se trata de ver quien genera más basura para que pague más. Gijón, además, ha presentado una candidatura a un proyecto europeo para "compartir experiencias" con otras ciudades sobre los sistemas de implantación del pago por generación a partir del empleo de nuevas tecnologías de la información.

A la hora de analizar nuevos costes, Emulsa también presentó a los consejeros las sumas de impulsar en la zona urbana la implantación de la recogida selectiva de material orgánico. Algo que empezó de manera experimental en el Polígono de Pumarín y se va extendido poco a poco y barrio a barrio. El coste general de ese proyecto para los próximos dos años ronda los 7,5 millones de euros: 1,3 millones en costes de logística y amortización y 5,7 millones en inversiones de las que 4,4 millones ya están comprometidos y 1,2 serían nueva inversión.