En el día después del 1-O se hacía imposible no hacer alusiones al conflicto en Cataluña, al menos para confirmar que todos los agentes desplazos hasta allí y que habitualmente operan en Gijón se encontraban en perfecto estado. Pero Dámaso Colunga entró de lleno para poner en valor el cumplimiento de la ley que vertebra la identidad de la Policía Nacional. Lo hizo sin mencionar Cataluña ni citar a los Mossos. Ni falta que hacía, porque a buen entendedor, pocas palabras. "La Policía Nacional estará siempre del lado de la Constitución y de las leyes, protegiendo el libre ejercicio de los derechos y libertades de las personas, garantizando la seguridad ciudadana y auxiliando lealmente a jueces y fiscales", aseguró el Comisario. Ese compromiso "no puede ser obviado por ningún cuerpo policial, ya sea nacional, local o regional, sin correr el riesgo de ser acusado de imparcialidad, de caer en el descrédito y en la desconfianza o de incurrir muy posiblemente en un delito grave de desobediencia", añadió sin mencionar a nadie. "Eso nunca pasará en la Policía Nacional", concluyó.

No fue el único ayer en hablar del conflicto secesionista. El concejal de Seguridad Ciudadana, Esteban Aparicio, quiso "transmitir nuestro apoyo a la Policía después del 'pucherendum' del domingo". Incluso el párroco Javier Gómez Cuesta -que ofició la misa en compañía del párroco de El Coto, Fernando Fueyo, y del diácono Alfonso González Caramés, expolicía que además tuvo como destino en su día Barcelona. Gómez Cuesta aseguró que los agentes de la Policía Nacional eran "ángeles en la tierra" que velaban por la seguridad de todos. A ellos, dijo el sacerdote, les correspondió el domingo "la misión más difícil pero necesaria e ineludible" en Cataluña y la completaron "con dignididad y proporcionalidad" como les ha sido reconocido "por los españoles de bien".

Más emotivos fueron los largos aplausos que recibieron Hugo Fernández y Kevin Lera, hijos de Iván Fernández y Gumersindo Lera, dos agentes premiados por su labor en Gijón y que ahora están desplazados en Cataluña cumpliendo con el deber "con la prudencia, congruencia, oportunidad y la proporcionalidad que tratamos de imprimir siempre a nuestras actuaciones", como describió ayer Dámaso Colunga.