Víctor Madera Nuñez (Oviedo, 1961) es especialista en medicina deportiva y uno de los nombres propios de la sanidad privada en España. Se le atribuye una de las grandes fortunas nacionales tras una operación de venta del mayor grupo hospitalario español, Quirón Salud, del que es presidente no ejecutivo y fundador (con centros como la Fundación Jiménez Díaz, Rúber, Quirón Salud Madrid, Dexeus o Teknon) al gigante sanitario alemán Fresenius. Lo que les convierte en el grupo de sanidad privada más grande de Europa. Además, Madera está detrás de la empresa Paisajes de Asturias que en los últimos años se ha hecho con propiedades históricas por toda la región: Villa Excelsior en Luarca, el Palacio de Trenor en Figueras, el Palacio de los Duque de Estrada en Llanes o el del Marqués de Santa Cruz Oviedo entre otros. Residente en Londres, ayer acudió a Gijón para recoger la medalla de oro del Colegio de Veterinarios de Asturias.

- ¿Cómo valora este premio del Colegio de Veterinarios?

-Es un motivo de orgullo y satisfacción, cualquier distinción lo es y sobre todo cuando viene de tu tierra. Con los años uno se hace cada vez más de su tierra, siempre apetece venir y estoy encantado de estar aquí.

- Además usted tiene una ganadería...

-Sí, tengo alguna ganadería, siempre me han gustado los animales. Mi formación es médica, y la veterinaria y la medicina han sido unos grandes contribuidores a la salud humana; la etología, la patología comparada... Además nosotros tenemos una línea de investigación en un hospital en Barcelona con unos perros que son capaces de detectar si una pieza de tejido es o no un tumor simplemente por el olfato.

- ¿Qué momento atraviesa la sanidad privada?

-Yo creo que es una de las cosas a las que no deberíamos renunciar: a tener un buen sistema sanitario. Creo en toda la Sanidad que sea buena, da lo mismo que sea pública o privada, con ánimo de lucro o sin ánimo de lucro. Deben de ser complementarias para lograr que la gente pueda vivir mejor y más.

- Usted se define como defensor de la sanidad pública...

-Soy un defensor de la sanidad pública desde muy pequeño, creo que tenemos un Estado de bienestar en España supergeneroso en temas de sanidad, el más generoso de Europa, que debemos mantener. Y a veces me sorprende que no se esté hablando del mayor problema que tenemos, que es la sostenibilidad de este sistema. Todos los países desarrollados están viendo en estos momentos dentro de sus planes estratégicos cómo sostenerlo. Para mí la sanidad pública es planificación pública, control público y financiación pública. Eso es lo que marca que la Sanidad sea pública o no. Y luego que la prestación sea pública o sea privada no marca qué tipo de sanidad es; siempre que sea buena, de calidad y gratuita. Cuando vas a un hospital lo que quieres es que te traten bien, que no te cobren si es concertado en el sentido de que está gestionado por la empresa privada pero que está financiado de forma pública, y que estés encantado de volver si algún día lo necesitas. Es como cuando vas a una tienda de zapatos: nadie pregunta si es una sociedad limitada o anónima; buscas los mejores, al mejor precio y que te gusten.

- Aprovechando su presencia en Asturias... ¿Tiene algún interés Quirón Salud en la región?

-Nosotros siempre estamos mirando y estamos abiertos a cualquier posibilidad, y Asturias, por todo tipo de razones, nos parece un sitio muy interesante. Aquí tenemos varias sociedades de prevención y en ese sentido estamos creciendo. Nunca se sabe.

- También atesora una buena cantidad de patrimonio inmobiliario en la región...

-Asturias tiene un patrimonio muy rico que hay que recuperar. Es una cosa que me gusta, mi mujer es profesora de arte y me interesa recuperar en la medida de mis posibilidades el patrimonio asturiano que pueda. En ese sentido me gusta colaborar y participar, y es un motivo de orgullo poder venir aquí y levantar Bienes de Interés Cultural que se estaban cayendo y a los que habrá que darles un uso.

- ¿Ya han definido algún destino para esos edificios históricos?

-Todavía no tenemos ningún uso, pero sí podemos decir que nunca será rentable. Esto no lo hacemos con ningún ánimo de rentabilidad, porque cuando repones unas vigas o un suelo del siglo XVI es imposible de rentabilizar. Como digo a mis hijas, esto lo tenemos que custodiar, no es nuestro, es para las siguientes generaciones. Es una cuestión de compartir con los demás.

- ¿Cómo se está viviendo desde Inglaterra el polémico asunto de la independencia catalana?

-Se ve con preocupación, extrañeza y con cierta tristeza. Yo creo que el mundo cada vez debería hablar más de integración y de solidaridad; los nacionalismos exacerbados en general no son positivos en ningún sitio. Tampoco conozco el problema lo suficientemente como para poder pronunciarme, pero espero que con diálogo y buena intención seamos capaces de entendernos.