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Nieves Viesca Peláez | Poeta

"La poesía tiene que tener música; si no la tiene no es poesía"

"Mi maestra, sin duda, ha sido María Elvira Muñiz: tenía todas las cualidades y a mí me ha dejado tatuada por dentro"

Nieves Viesca, con uno de sus poemarios. Marcos León

Es una mujer sencilla, hecha a sí misma, que esconde un potencial lírico importante. Sus versos son un alarde de genialidad. La conocí por casualidad, pero enseguida vi en ella un espíritu sensible. Es dulce, cariñosa y agradecida. Forma parte del equipo litúrgico de la parroquia de San Lorenzo, es decir que está en todo.

- Defínase, por favor.

-Nací en Gijón (1959), menor de dos hermanos. Soy una mujer trabajadora, tenaz y positiva, algo estoica; la vida me enseñó a ser valiente, y a coger las dificultades con fuerza, mirando hacia delante, y tratar siempre de ser lo más honesta posible. Estoy casada desde muy joven, tengo una hija y una nieta de tres años.

- ¿Cómo fue su infancia?

-La recuerdo siempre con un libro en la mano y recitando poesías. Tuve una profesora muy buena durante dos años, doña Angelita, que me enseñó a recitar. Me llevaba por las clases de las mayores y decía: mirad cómo recita esta niña a Juan Ramón Jiménez, o a Antonio Machado.

- ¿Cómo fue su formación?

-Fui a un colegio nacional y luego estuve con Edmundo Pérez en su academia de la calle Uría estudiando gestión administrativa, taquigrafía, y mecanografía; Edmundo formaba muy bien, fue profesor en la Universidad Laboral. En mecanografía era muy buena, pero la taquigrafía se me atravesaba.

- ¿Y su vida laboral?

-Mi primer trabajo fue en un periódico, "El Noroeste"; pidieron chicas, me hicieron varias pruebas, y me contrataron. Mi labor era la de correctora y teclista. Fui de las primeras que entraron y estuve allí hasta que el periódico cerró. Teníamos un director muy bueno, Alfonso Calviño, que falleció hace poco.

- ¿Cuándo se interesó en serio por la poesía?

-De niña recitaba sin entender el significado de los versos, pero a medida que fui creciendo comprendí su profundo sentido, y vi la poesía de otra manera.

- ¿Qué estilo prefiere, de la poesía?

-Cualquier poema me vale, desde el momento que me trasmita algo.

- Y un día se puso a escribirla usted?

-Yo escribir lo hice siempre, de adolescente llené muchas cuartillas. Luego hubo un vacío, incluso de leer poesía, me pareció algo de mucho riesgo y leía otras cosas, filosofía, novela, ensayo? Me marcó mucho Kafka, la primera vez que leí "La metamorfosis", me impresionó tanto que volví a leerla hasta seis veces. Encontré mucha poesía en ella, como en "Pedro Páramo", o en "La muerte de Virgilio", fueron libros que contienen mucha poesía.

- ¿Cuándo se animó a ser usted la creadora?

-Hará unos quince o veinte años. Fue a raíz de entrar en la tertulia de María Elvira Muñiz y sobre todo después de ingresar en la Asociación de Poesía "Prometeo" de Madrid, que la dirigía otro maestro, Juan Ruiz de Torres, amigo también de María Elvira Muñiz. Él me ayudó y me enseñó mucho a crear mi propia lírica.

- ¿Cuántos poemarios ha escrito?

-Muchas papeleras llenas? Pero al final tengo dos publicados, y muchísimos sin publicar. El último se titula "El túnel y los días". El anterior cosechó buenas críticas, es muy minimalista, hice una labor de concisión importante. Ambos tienen estructura, es decir, tienen inicio, nudo y desenlace.

- ¿Cuál es su fuente de inspiración?

-La vida misma, lo que veo, lo que siento, lo que me rodea?

- ¿Le interesa la novela?

-Como autora tengo que esperar, no me considero preparada para afrontarla.

- ¿En sus introspecciones qué pasa?

-Primero tengo que hacer las ideas mías, porque al enfrentarme al folio en blanco tengo que estar obsesionada con algo, y entonces lo primero que me viene a la cabeza es el título. Un poemario fracasa si el tema no te ha obsesionado antes. Y es importante prever el final, saber a dónde me lleva.

- ¿De qué se siente más orgullosa?

-Hay que ser humilde, pero digamos, de una manera discreta, de mi superación personal, llevada con honestidad y limpieza.

- ¿A qué teme?

-A cometer errores sin darme cuenta; las personas nos equivocamos muchas veces, pero lo importante es reconocerlo, porque si no lo haces sigues equivocándote. Me gustaría que si cayera en eso, me lo dijeran.

- ¿Que otro talento añadiría a su personalidad?

-Me gusta la pintura y la música, pero me conformo al pensar que detrás de la poesía hay algo de pintura y de música. La poesía, si es buena se da la mano con todas las Artes? La poesía tiene que tener música, si no la tiene no es poesía.

- ¿Que posee que considere para usted como un tesoro?

-Un broche que era de mi abuela, es azul de piedras de swarovski.

- ¿Quién ha sido su maestro?

-Sin ninguna duda María Elvira Muñiz, a mí me ha dejado tatuada por dentro. Ha sido una persona irrepetible, tenía casi todas las cualidades y no se daba ninguna importancia. Veía a la persona, sin contar sus bienes materiales o sociales.

- ¿Con qué se siente usted más indulgente?

-Con los errores que se cometen por amor, como diría Dante, son los pecados menos pecados.

- ¿Su mundo interior de qué se ali menta?

-De la belleza, el arte, de la fe.

- ¿En qué cree?

-En Dios, profundamente.

- Si un día se perdiera?

-Que me busquen en mi casa, en Begoña

- Para terminar, dígame un poeta que le entusiasme.

-Antonio Gamoneda, además está vivo, y quiera Dios que por muchos años.

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