La Cámara de Comercio de Gijón, entidad de derecho público que defiende los intereses de las empresas, criticó ayer mediante un comunicado que se atribuya al sector industrial asturiano y gijonés "de manera exclusiva y principal" la elevación de los niveles de contaminación del aire en el concejo; apuntó que el número de estaciones de control de la contaminación en Asturias y en Gijón están por encima de lo que exige la legislación medioambiental y pidió "coordinación y lealtad" entre las administraciones en materia de control ambiental.

El llamamiento de la Cámara no concreta más respecto a esta última petición, si bien se produce en un momento en el que el Ayuntamiento de Gijón ha optado por adquirir una unidad móvil de control de la contaminación para efectuar sus propias mediciones, ante los recelos de los vecinos hacia los resultados que arrojan las estaciones de control de la contaminación del Principado. La unidad móvil está midiendo en el Lauredal y sus primeros resultados llevaron al Gobierno regional a reconocer abiertamente la existencia de un problema de contaminación y anunciar contactos con la industria.

Ayer, el Principado levantó el nivel de aviso por contaminación en Gijón, después de que se superaran las jornadas de alta polución, debido a las cenizas de los incendios del Suroccidente asturiano que llegaron a la ciudad. Las seis estaciones de medición del Principado en Gijón marcaban ayer niveles diarios medios por debajo del límite legal de 50 microgramos de PM10 por metro cúbico de aire. Mientras, la del Ayuntamiento en El Lauredal reflejaba por la tarde una media diaria de 65 microgramos. En la última reunión del Consejo Sectorial de Medio Ambiente de Gijón se acordó la colaboración entre Ayuntamiento y Principado, pero no en el sentido que querrían las industrias: El Principado va a ceder una de sus unidades móviles al Ayuntamiento para que la ubique al sur de la factoría gijonesa de Arcelor, en la dirección opuesta a donde está la de El Lauredal.

La Cámara resaltó ayer que las causas de la elevación de la contaminación en las últimas jornadas se deben a los incendios en Asturias y a la ausencia de lluvias y rechazó la atribución al sector industrial de la elevación de la polución.

Desconcierto con la OMS

Además, la institución vino a solicitar "al conjunto de los agentes sociales el máximo respeto hacia el trabajo de los profesionales y organismos de control ambiental de las administraciones competentes", además de la lealtad entre ellas ya citada, resaltando que las mediciones de las estaciones de control están "por debajo de los rigurosos niveles de emisiones que la ley establece".

Entre otras cosas, la Cámara también sostiene que crea "desconcierto" que se compare la contaminación en Gijón con los niveles que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Cámara opina que los objetivos de la OMS "son unos propósitos por todos deseables, tanto en materia medioambiental como en otros indicadores para la salud de las personas, tales como la alimentación, calidad del agua, etcétera", pero que no se deben confundir con los límites que establece la legislación ambiental española. Ecologistas y vecinos consideran que el marco de referencia debe ser el de la OMS y que la normativa española es demasiado permisiva, mientras que las industrias y representantes empresariales como la Cámara sostienen que la normativa es ya muy rigurosa.

Por todo ello, la Cámara de Comercio exige "por el bien del colectivo empresarial, y por consiguiente de los ciudadanos", rigor en la utilización pública de la información "para no crear estados de alerta que no se corresponden con la realidad y tampoco dañar la imagen de la industria asturiana, que es el principal generador de la riqueza y el empleo" en Asturias.

Con motivo del incremento de los niveles de contaminación en Gijón el pasado lunes, debido a las partículas procedentes de los incendios y la situación de la atmósfera, que dificultaba la dispersión de los contaminantes, el Principado decretó el estado de prealerta por contaminación en Gijón, que se rebajó el pasado miércoles a nivel de aviso y que ayer finalmente se levantó. Si las condiciones hubieran empeorado, de la prealerta se habría pasado al estado de alerta, en el que se prevén restricciones a la actividad industrial para reducir los niveles de contaminantes en el aire y evitar así daños a la salud de las personas.