La iglesia parroquial de San Antonio de Padua, de los padres Capuchinos, se quedó ayer muy pequeña para rendir homenaje al mítico hostelero Luciano "Chano" Castañón Loché, fallecido el pasado 19 de octubre a los 64 años mientras pescaba aguas del mar cantábrico. Familiares y amigos arroparon el féretro del conocido gijonés en un funeral a iglesia llena.

La celebración estuvo oficiada por el párrocho de los Capuchinos, Benjamín Serrano, que mostrós su más sentido pésame a la viuda de Chano Castañón, Mercedes Estrada, así como a sus dos hijos, Andrés y Luciano, y a sus otros tres hermanos, Chema, Jesús y Ángel, éste último era con quien trabajaba en el emblemático Café Gregorio. Todos estuvieron arropados por centenares de amigos durante la celebración de la misma.

A Chano Castañón se lo llevó la mar que siempre le cautivó. Quedan sus enseñanzas, como la necesidad de acercar a los niños al mundo de la pesca pues él siempre recordó cómo su abuelo Gregorio le llevaba a pescar al río Piles, cantera de pescadores. Añoraba esa imagen tan alejada ya de las retinas de los gijoneses. Siempre defendió que quien anda en los pedreros es la cabeza y no los pies o que para la pesca no hace falta tener paciencia si se compara con lo que supone aguantar a los clientes del chigre detrás de una barra. O que los peces más allá de las once de la mañana no tienen hambre y ya sería absurdo pescar. Incluso apuntó que, si un día le pasaba algo pescando sería haciendo lo que más le gustaba. Al menos lo dejó dicho para tranquilidad de los suyos.

La pesca siempre fue su gran pasión, especialmente con caña y desde tierra, durante toda su vida. Una experiencia que comparte en su blog "Pescando en la espuma" y en su canal de vídeos de Youtube donde su trato amable, simpático, alegre y didáctico, le permite tener miles de visitas y seguidores deseosos de conocer todas sus enseñanzas sobre la pesca. A ello se unía que es un gran pescador que gozaba de mucho prestigio en los medios especializados. Fruto de su sapiencia en esta materia protagonizó varios episodios del programa "Aquí la tierra" en Televisión Española donde le apodaron "el encantador de lubinas". Siempre ha dicho que le encantaba andar por los pedreros para ver si lograba capturar la lubina más grande del mundo.