El área sanitaria V cuenta, desde hace poco más de año y medio, con el denominado Comité de Ética para la Atención Sanitaria (CEAS) "Dr. Mariano Lacort". Un órgano consultivo, al servicio de los profesionales sanitarios y también de los usuarios, creado para analizar y asesorar sobre las cuestiones de carácter ético que se suscitan como consecuencia de la labor asistencial. En la actualidad uno de los objetivo del CEAS es darse a conocer entre la población. A ese conocimiento contribuyó la pasada semana uno de los vocales del comité, el médico internista del Hospital de Jove Antonio Altadill, con su participación en una charla en la SIBI (Sociedad Internacional de Bioética) sobre la visión ética de los cuidados paliativos.

Precisamente el doctor Altadill manifestó su convencimiento de que "los cuidados paliativos son un reducto donde tanto los enfermos, como las familias, como los profesionales que se dedican a ellos, están razonablemente satisfechos" en cuanto al desarrollo ético de esta atención sanitaria. "Diría que son la punta de lanza; son vanguardia en cuanto a cómo volver al origen de la relación de confianza entre médico y paciente; ahí brota casi cada día", expuso. Por contra, si hubiera que señalar algún campo de la atención sanitaria donde mayores dudas o controversias éticas se generan, el doctor Altadill señaló "los cuidados intensivos y la atención a los ancianos. Ahí hay temas sin resolver y que revisar".

La visión del especialista, médico internista en ejercicio e investigador, tiene mucho que ver con la necesidad actual de "recuperar la historia de la medicina y la revisión de una profesión que tiene en el cuidado del otro su punto de partida. Lo que define nuestra actividad es intentar paliar el sufrimiento", explicó. Para Antonio Altadill, uno de los pecados de la sociedad actual en lo que se refiere a las profesiones sanitarias es que "somos fruto de un tiempo donde parece que sólo nos alumbran los avances; es un momento de medicina tecnificada, de grandes gestas médicas, heroicidades, descubrimientos, trasplantes... y en todo ese escenario el simple gesto del médico que se sienta con el paciente y le escucha llegó un momento en que no parecía relevante".

Contra eso se revela el doctor Altadill, para quien "sin dar la espalda a la técnica, lo que hay que hacer es situarla. Y el médico nunca debe anteponer su labor de cuidar por delante de sus ansias de descubrimiento, de ser famoso como investigador". También reseñó que hay que volver a pensar "que la muerte y el sufrimiento son inevitables y ahora, lejos de haber conseguido anular el sufrimiento, estamos en un siglo en el que la gente sufre mucho. Hay mucha tensión, mucho estrés, y posiblemente sea por las falsas expectativas creadas".