Durante medio año, la artista Neus Solá se trasladó a vivir al poblado francés de La Cité, a seis kilómetros de Perpiñán, para conocer de primera mano la identidad y libertad de las niñas gitanas de este suburbio, que es considerado uno de los más pobres de la ciudad. Y de ahí salió un trabajo fotográfico que impresiona, titulado "Poupées" (muñecas en francés), expuesto en el Museo Barjola, y que dibuja la perdida de la desmesurada libertad que tienen hasta los 13 años estas niñas, antes de convertirse casi en esclavas de sus maridos.

"He querido explicar un poco esta contraposición, mostrando fotografías con niñas muy libres, y me he parado en los 13 años, que es cuando la pierden", cuenta Solá, que hace alusión en sus imágenes a la inocencia y la pureza propias de la infancia femenina. "De pequeñas tienen una libertad extrema, más incluso que la gente paya. Pero a los 13 años, cuando las niñas tienen que casarse, empiezan a tener más restricciones, y cuadno se casan dejan de tener directamente ya libertad", explica Neus Solá, becada como nuevo talento en los XIV Encuentros Fotográficos de Gijón.

Para realizar este trabajo consideró vital sentir de primer mano "la empatía con la gente". "He tardado tiempo en empezar a fotografiar, porque para mí era importante que ellos me conocieran y tener la mirada que querían. Empecé a ir bastante sin la cámara, me fui a vivir allí. Y tardé cuatro meses en coger la cámara", resalta.

Esta experiencia le sirvió para darse cuenta que a pesar de la diferencia entre gitanos y payos "existen muchas cosas bonitas que hacen que ambos podamos convivir contentos". Pero también reconoce que le sorprendió ver al principio que "en el pueblo gitano hay una línea de miedo y respeto hacia las personas diferentes a ellos que costó romper al principio", aunque añade que "esos clichés siempre se existen en ambas partes, también cuando nosotros nos acercamos a su mundo".

La exposición "Poupées" está comisariada por el prestigioso fotógrafo Chema Conesa, muy vinculada a la prensa, que destacó del trabajo de Neus Solá que "las imágenes no surgen porque sí, sino que se dan después de muchas horas y confianza, y mucho acercamiento y empatía en un peridoo largo, prolongado". También destaca que existe una continuidad en el lenguaje, sin saltos, que se fortalece por el hecho de que "a nivel de plasticidad, el lenguaje aporta una mirada nueva, de una persona que tiene unas claves que marca un punto de vista diferente en lo que todo el mundo hace". Asimismo Conesa aprovechó para lamentar "en la prensa escrita cada vez haya menos espacio para trabajos de este nivel, y que se busque rellenar con una imagen un hueco antes que dar un concepto visual de lo que sucede".