"Ahora han sido estos chicos pero mañana podemos ser cualquiera de nosotros. Por pensar diferente, por tener una indumentaria diferente, por tener un color de piel diferente... Somos conscientes de que tienen miedo pero instamos a quienes sufren esas agresiones a que las denuncien. La sociedad civil gijonesa está dispuesta a dar la cara por ellos". Adrián Arias, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona urbana, le puso voz y sentimiento a la unión de grupos políticos, entidades vecinales, sindicatos y asociaciones del tejido asociativo local contra la violencia ultra en la ciudad. Una unión que lleva el nombre de plataforma "Por un Xixón para todos y todas" y que ayer se visibilizaba en una comparecencia pública de concejales de todos los grupos municipales y líderes del movimiento asociativo.

Los miembros de la plataforma daban la cara en esta ocasión por una chica y un chico agredidos el pasado día 29 de octubre en la calle Vicaría de Cimadevilla por personas con la indumentaria de Ultra Boys. Fue unas horas después del Sporting-Almería. Los agresores actuaron encapuchados, rodearon a los jóvenes, les abofetearon, les lanzaron vasos y botellas y les amenazaron. Los agredidos, que no han querido denunciar por miedo, reconocieron entre sus agresores a personas vinculadas a otros altercados violentos ocurridos en la ciudad, explican desde esta plataforma.

Mismo sitio, explicaba también Juan Manuel Martínez Morala, de la Corriente Sindical d'Izquierda, donde en abril fue atacado por la espalda un miembro de su sindicato. La agresión le costó diez días de hospitalización en el HUCA. En este caso tampoco hay denuncia. "No puedes denunciar a alguien a quien no ves", concretó el portavoz de la Corriente. Y en esa misma zona en el Antroxu de hace un par de años personas con bates atacaron a dos inmigrantes mientras gritaban el saludo nazi "sieg heil!".

"Ante esto no podemos ser indiferentes. Un Ayuntamiento como el de Gijón no puede tolerar que en sus calles haya agresiones de grupos ultras y Gijón no puede dar la espalda al problema. Somos una ciudad inclusiva donde no tienen cabida la xenofobia, el racismo, el sexismo, la homofobia...", explicaba el líder vecinal gijonés. Tanto él como Mario Suárez del Fueyo, portavoz de Xixón Sí Puede, trasladaron el problema de Cimadevilla al Molinón "porque en uno de sus fondos es donde tiene su sede ese colectivo de ultras". Del Fueyo recordó los incidentes en el derbi Sporting-Oviedo: "Ya entonces hicimos llegar al club la necesidad de velar por la seguridad en el interior del estadio, que es su obligación, pero también pedir la documentación para impedir el acceso al Molinón de personas manifiestamente violentas. Un campo de fútbol no puede ser un vivero de ningún tipo de violencia". Más allá de estas agresiones, desde el colectivo "Por un Xixón para todos y todas" denuncian problemas en institutos con profesores amenazados, ataques a clubes deportivos, incidencias con personas que trabajan en labores humanitarias con refugiados, acoso a periodistas...

La idea general de las entidades sociales y los grupos políticos es visibilizar el problema, apoyar a los agredidos para que denuncien y se pueda desarrollar todo el procedimiento policial y judicial y movilizarse para mostrar su unidad cada vez que en la ciudad haya una agresión de cualquier tipo.