La sanidad gijonesa inicia su camino hacia la modernización con reformas de peso hasta 2021. El Hospital de Jove dio ayer el primer paso con la apertura de un nuevo edificio para consultas externas, que concentrará la actividad ambulatoria en tres plantas y atenderá diariamente a 450-500 pacientes. La nueva construcción, que conecta con el viejo hospital y supuso una inversión de 10 millones de euros, es "una maravilla", según los usuarios, que recelan no obstante del sistema electrónico de citas. La mudanza a los 45 nuevos gabinetes se completará el lunes 27, aunque las obras de rehabilitación continuarán en Jove un año más. A finales de 2018 será el turno de las obras en el Hospital de Cabueñes, que prevé duplicar su superficie con la mayor transformación de su historia y que costará entre 96 y 104 millones.

El equipamiento de Jove -ubicado a la altura del sótano -2 del antiguo edificio- entró en funcionamiento con elogios a su luminosidad y comodidad pero con críticas a su sistema de citación. A partir de ahora los pacientes que acudan al especialista tendrán que retirar un ticket a la entrada, introduciendo su DNI o la tarjeta sanitaria para saber a qué consulta dirigirse. Las "maquinitas" o los "artilugios", como así las bautizaron los usuarios de Gijón y Carreño, "son muy complejas para los mayores". "Si me pierdo yo, cómo no se va a perder una señora de 80 años", opinó María Cizalía. "Todo lo que sea facilitar, bienvenido sea. Pero las maquinistas son muy tercas y nosotros a veces más", expresaron por su parte, los gijoneses Pilar Agúndez y Luis Manuel Méndez.

Para la gerencia del centro sanitario, "todo es cuestión de acostumbrarse". Ayer hubo muchos despistes para llegar desde las consultas externas a la planta baja (o principal) del viejo edificio. Hay que cambiar el "chip": "No entran por el 0, sino por el -2", recalcó la gerente Laura García, que afronta con "ilusión" la transformación de Jove, que lleva desde 2003 sin someterse a una gran obra. A lo largo del próximo año pasarán por el "quirófano" las unidades de Urgencias, Rehabilitación, Farmacia y Laboratorios. "Lo lógico es adaptar un hospital al siglo XXI y que tenga una estructura más lógica, organizada y amplia", afirmó la gerente. Con el nuevo edificio, de 3.000 metros cuadrados, las consultas no están desperdigadas por el viejo edificio, sino concentradas en una misma zona. A pesar de esta ampliación, Laura García no piensa de momento en incrementar la plantilla, de unos 500 trabajadores en la actualidad. "Ya veremos con el tiempo en función de las necesidades", agregó.

Lo que sí se espera que aumenten son los pacientes, ya que en enero Jove trasladará a la nueva instalación las consultas de ginecología y oftalmología que hoy se ven en la Casa del Mar. El bloque recién inaugurado estrena mobiliario, equipos de oftalmología y cardiología así como una sala de Rayos X. Toda la construcción goza de grandes ventanales, que aportan luz y vistas de la zona rural gijonesa. Este es uno de los aspectos más valorados por los pacientes. "Es una maravilla", comentaron los candasinos Eloína Martín y Prudencio Cabrera. "Yo bajé del autobús desconcertada. No sabía que estrenaban edificio. Lo nuevo siempre es guapo", opinó la gijonesa Pilar Valles.

Ayer abrieron al público atención al cliente y la cafetería, ubicadas en la entrada (sótano -2), además de las salas de extracción de sangre, de radiodiagnóstico, electrocardiograma y espirometría. También las consultas de hematología, cirugía plástica y vascular, traumatología, urología y anestesia, todas ellas en el sótano -1. Las especialidades de medicina interna se inaugurarán el próximo lunes, mientras que oftalmología -ocupa la zona más grande- el día 27.