"Me costó un dinero y tenía las vacunas y todo al día. Sufrí mucho su pérdida, lo quería más que a muchas personas". El hombre acusado de provocar la muerte de su perro arrojándolo por el hueco del ascensor de su vivienda se declaró en el día de ayer inocente en el juicio celebrado en la sala de lo Penal número 3 de Gijón.

El hombre, que atiende a las iniciales F. C. R., asegura que "volvíamos de paseo y entramos en el ascensor". Fue entonces cuando el animal -un cachorro de raza teckel- "salió del ascensor", quedando el acusado con la correa en la mano. Al empezar a subir, una vez cerradas las puertas del equipamiento, "escuché tres chillidos y la correra se rompió", cayendo el animal al foso del ascensor. "Me puse histérico, a llorar, me dio un ataque de ansiedad y me fui", enfatizó, "al perro lo mató el ascensor", entendiendo que "si quisiera matarlo no lo habría hecho en mi casa".

Una explicación que la Fiscalía, apoyada en el relato del técnico de ascensores que acudió al aviso y el agente de la Policía Local que se personó en el lugar de los hechos ve "imposible material y técnicamente".

"El ascensor tiene tres elementos de seguridad y en cuanto detecta cualquier anomalía no cierra las puertas, se para", sostuvo el técnico, "solo se puede abrir con una llave especial", una herramienta que "no nos consta que nadie tenga en la comunidad de vecinos". Para el técnico ascensorista, que acudió como testigo, "cuando vi al perro muerto fue un flash tremendo".

Un relato que coincide con el aportado por el agente de la Policía Local que corroboró que el animal tenía la correa junto a él en el foso cuando, según la versión aportada por F. C. R., "debería estar rota, pero estaba entera". El agente aseveró que el acusado "no se quiso hacer cargo del perro, tenía un desinterés enorme respecto al animal, algo inusual en una persona normal", alegando que el procesado llegó a decir "tanto cuento por un perro".

La Fiscalía entiende que el acusado dispone de una de esas llaves que le permitió abrir las puertas del ascensor para poder arrojar al animal a su interior para causarle la muerte. Un acto consitutivo de un delito relativo a la protección de animales domésticos y por el que solicita una pena de 15 meses de cárcel y una prohibición de tenencia de animales por 4 años.

Por su parte, la defensa asegura que "el relato fiscal se apoya en suposiciones y no en hechos", explicitando que "falta la prueba fundamental, la tenencia de la llave", por lo que solicita la libre absolución del acusado.