El Principado está a la espera de que concluya el estudio que ha encargado sobre el origen de la contaminación en El Lauredal para tomar decisiones que atajen el problema que afecta a este barrio del oeste de Gijón, según indicaron ayer fuentes autonómicas.

Las mediciones efectuadas por una estación portátil de control de la contaminación ubicada en El Lauredal, entre el 11 de octubre de 2016 y el 30 de septiembre de 2017, registrando la media diaria de partículas inferiores a 10 micras (PM 10) indican que en 89 días se superó el límite de 50 microgramos de PM 10 por m3 de aire. La legislación establece un tope de 35 superaciones anuales. Los datos recogidos en esa campaña de El Lauredal también reflejan que en diez ocasiones se dieron las circunstancias de una alerta en base a lo que establece el nuevo protocolo de actuación ante episodios de contaminación atmosférica, en periodo de información pública. Un protocolo que no está vigente y que aunque lo estuviera no se aplicaría, dado que sólo tiene en cuenta los datos de las 6 estaciones fijas de control de la contaminación que el Principado tiene en Gijón.

Las estaciones fijas de control en Gijón están ubicadas conforme al decreto 102/2011, que las regula y en 2018 el Principado va a encargar al Centro Nacional de Sanidad Ambiental del Instituto de Salud Carlos III que certifique si sus estaciones están o no validadas para el control de la calidad ambiental, algo respecto a lo que fuentes autonómicas vaticinan una respuesta afirmativa en el caso de las estaciones de Gijón.

Las mismas fuentes recalcaron ayer que la calidad del aire en el conjunto de Gijón ha tenido una evolución "espectacularmente buena" en los últimos años. Respecto a la situación de El Lauredal, apuntan que el Principado es consciente del problema y está buscando una solución, pero que no se puede tomar ninguna medida hasta que no se conozca "con certeza" el origen de la contaminación.

La ingeniería Envira está realizando, por encargo del Principado, estudios sobre la procedencia de la contaminación en El Lauredal y Monteana, en Gijón y también en zonas de Avilés. Los estudios consisten en comparar la composición de las partículas que se recogen en esos barrios con muestras obtenidas en los focos de emisión de industrias y de almacenes de graneles.

Desde el Principado se insiste en que la calidad del aire en Gijón ha mejorado en los últimos años, pese a que está "generándose la sensación de que esto está prácticamente irrespirable". Asociaciones vecinales y grupos ecologistas se han mostrado preocupados por los picos de contaminación que se producen con relativa frecuencia en determinadas zonas de la ciudad. Ayer, la Coordinadora Ecologista de Asturias denunciaba altas cifras de contaminación en cinco estaciones de medición en Gijón en la jornada del lunes. Se alcanzaron picos horarios de 387 microgramos de PM 10 en El Lauredal; 129 en Santa Bárbara y 91 en la estación de la Avenida de la Argentina y medias diarias de 55,22 microgramos de PM 10 en El Musel y 28 microgramos de PM 2,5 en Tremañes. Los ecologistas ya habían alertado de picos de contaminación el domingo.

Normativa

La administración en cambio se guía por las medias diarias, más que por los repuntes horarios que se den a lo largo del día. De hecho, la normativa española establece límites en la contaminación por PM 10 para medias diarias, no para los picos horarios.

Fuentes autonómicas explican que estamos en una época de fuertes inversiones térmicas, situación meteorológica que dificulta la dispersión de contaminantes, pero que en cualquier caso no se dan circunstancias de mala calidad del aire como las que se viven en otras ciudades españolas y que han obligado a aplicar restricciones, como ocurre en Madrid.

Respecto a los datos de El Lauredal, en los que se alcanzan los mayores niveles de contaminación en horario nocturno, las mismas fuentes sostienen que eso se debe a cambios en la dirección del viento y no a un incremento en las emisiones industriales, como sospechan los vecinos. El Principado recibe datos en tiempo real de las emisiones de las principales industrias, que tiene monitorizadas, por lo que dispone de información de primera mano al respecto.