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JOSÉ RAMÓN GARCÍA, MONCHU | Precandidato a liderar el PSOE gijonés

"En el mercadeo de puestos yo no entro, otros sí; sólo quiero hablar de proyectos"

"Muchos de los que hoy defienden el cambio me llamaban antes radical por mis intervenciones, que veían muy bruscas"

Monchu García, ayer, en la Campa Torres, con la ciudad al fondo. JUAN PLAZA

"Hay que construir con otros, hasta con los diferentes. Cuando seamos capaces de sumar dentro, empezaremos a sumar fuera. En el PSOE no sobra nadie, falta gente". Lo dice con convicción José Ramón García, Monchu, una vez acabada la entrevista. El concejal y precandidato a la secretaría general del PSOE de Gijón (11 de diciembre de 1972) habla sin tapujos en una cafetería de La Calzada, el barrio donde creció y donde se siente "como en casa". Se considera un "emprendedor social y un transformador de la realidad", con amplia experiencia "en la calle". Llega a la asamblea del domingo "respaldado y con optimismo".

- ¿Cuál es el modelo de PSOE que defiende?

-Yo defiendo un PSOE que esté en contacto y complicidad con la ciudadanía. Un PSOE que para la militancia sea un espacio de participación, de desarrollo personal, crecimiento y formación, que trabaje por el beneficio de la sociedad. Y eso sólo se puede hacer tratando de tú a tú a las personas.

- ¿Qué diferencia hay entre su proyecto y lo que se viene haciendo hasta ahora?

-No propongo inventar la pólvora, sino volver a hacer lo que funcionó. El PSOE tuvo la confianza mayoritaria de los gijoneses durante muchos años porque pertenecía a la sociedad y la representaba. Si queremos arrancar la maquinaria, debemos recuperar esa confianza. ¿Cómo? Estando con la gente. El PSOE tiene que hacer su trabajo en el partido y en la calle.

- ¿Es javierista?

-Sí, y también barbonista. Nunca fui partidario de ponerme etiquetas. Este partido tiene casi 140 años de historia, lo fundó Pablo Iglesias y sigue teniendo las mismas necesidades: representar las aspiraciones y los anhelos de gente trabajadora para que las cosas vayan mejor, y eso es lo único que me define.

- Al no declararse abiertamente barbonista, ¿teme que la militancia pueda entender que con su candidatura no habrá cambio en Gijón?

-Si alguien quiere comprar ese relato... Todo el mundo sabe que si queremos un cambio revolucionario en el partido, ese cambio pasa por mí. Muchos de los que hoy hablan de cambio, me llamaban radical hace unos años por las intervenciones que hacía en las asambleas. Les parecía que defendía un cambio demasiado brusco.

- Iván Fernández Ardura asegura que la actividad de la gestora fue mínima. Como responsable de organización, ¿usted qué dice?

-Él puede afirmar eso, pero yo también le vi firmar el manifiesto de una ejecutiva en la que estuvo. La gestora solo tiene un objetivo: convocar una asamblea que renueve el órgano de dirección en el marco del congreso federal. Y como no tienes un plan que desarrollar, gestionas el día a día. No puedes hacer mucho más.

- ¿Se esperaba que la pelea por la secretaría general iba a quedar finalmente entre dos?

-Fíjese si estaba cantado que quienes presentaron la candidatura con Dulce Gallego firmaron el manifiesto por el cambio de apoyo a Ardura. Yo hablé con ella, y sólo se refirió a puestos. Y en ese mercadeo de sillones, yo no entro, otros sí. Yo quiero hablar de proyectos. Esta semana presentamos un documento ("Sumando para la mayoría), estamos a dos días de votar en una asamblea y no vi ningún otro encima de la mesa.

- ¿Hubiese estado abierto a una integración si se hubiese hablado de política?

-Yo no me negué al diálogo en ningún momento. Pero sí dije que quería hacer un proyecto de verdadera transformación y lo tengo muy claro. Si otros hablan de repartos de puestos es que muy claro no lo tienen. Las propuestas que vi hasta ahora ya están aprobadas. ¿Que se va hacer una asamblea cada seis meses? Eso ya está. ¿Que hay que pasar los acuerdos de gobierno por la militancia? Claro, es una resolución del Congreso. ¿De qué estamos hablando?, ¿Qué oferta es esa? En los objetivos podemos estar todos de acuerdo: recuperar la confianza de la gente y salir a la calle; pero luego hay que saber hacerlo.

- ¿Tuvo algún acercamiento con Iván Fernández Ardura?

-Él se presentó diciendo que iba a trabajar hasta la extenuación por una lista única y por la integración. La primera conversación que tuvimos fue porque yo lo llamé. Entonces, es evidente que cuando habla de integración se refiere a otras personas, desde luego conmigo no había ningún interés.

- El equipo de Ardura y Gallego lamenta que tenga que haber una confrontación con usted.

-Porque eso alimenta su relato de intentar hacer blancos, negros; buenos, malos. Lo curioso es que todo esto rompe con lo que algunos decían hace cuatro días: que decida la militancia. ¿Por qué hay que decirle a la gente que no puede votar ya que cuatro se reunieron en un despacho y llegaron a un acuerdo? Y un acuerdo, además, en el que sólo se habla de puestos. Todos sabemos que este acuerdo estaba cerrado y esperaron hasta ahora porque consideraron que era mejor para sus intereses.

- Dígame qué sería lo primero que haría si fuese elegido secretario general.

-Poner al partido en forma para trabajar en la calle. Ya tenemos prevista una conferencia política para el otoño que viene y para llegar allí tenemos que hacer un trabajo cómplice y colaborador con la sociedad. Sean o no socialistas, no nos importa. Solos no podemos y vamos a pedir ayuda a la ciudadanía.

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