Una empresa gijonesa ha completado la primera inspección de las instalaciones interiores de una central nuclear que se lleva a cabo en España con un dron. De hecho, es la segunda vez que se hace en Europa: la primera fue en una instalación francesa.

Azisa Drone Company, creada en el año 2016 en Gijón, ha escalado de forma meteórica en el sector de la aplicación de los drones a trabajos industriales, y con la inspección realizada a la central nuclear se han convertido en pioneros en España. La empresa cuenta para ello con un dron diseñado y creado en Suiza del que sólo existen cien unidades en todo el mundo, y que sólo se oferta para trabajos industriales desde su compañía.

Los trabajos de inspección tuvieron lugar durante la primera quincena de noviembre, explica el director de Azisa, Raúl Álvarez, y "todos ellos cumplieron conforme a los plazos y estándares de calidad". La satisfacción de los responsables de la central ha sido "muy grande", y de hecho "para la próxima parada programada para revisión de las instalaciones volverán a contar con nuestros servicios", confirma Álvarez. Y otra central nuclear española ya se ha interesado por la utilización del dron.

"Un gran ahorro de tiempo y costes"

El uso de esta tecnología supone, como expone el director, "un gran ahorro de tiempo y costes". Porque la tarea de inspeccionar grandes depósitos cerrados no resulta fácil. El primer paso es el de "quitar la tapa y dejar que se airee", para que un equipo de prevención de riesgos laborales pueda proceder a certificar que todo está en orden para iniciar la colocación de una línea de vida para los operarios. El equipo en este caso sería de unas ocho personas que también se encargarían de montar los andamios en el interior del recinto. Una tarea "costosa, tanto en tiempo como en dinero", y que se ahorra al completo con la utilización de los drones. Una vez instalados los andamios otro equipo de inspectores, una media docena de personas, se encarga de la inspección en el interior, subidos a los andamios y con zonas a las que no alcanzan visualmente. El dron en cambio permite realizar todas las tareas desde fuera del depósito, minimizando el riesgo para los trabajadores. Con una cámara se inspeccionan todos los rincones y no es necesario emplear tanto tiempo: "en unos tres días podemos hacer el trabajo que lleva normalmente unos diez días como mínimo", afirma Raúl Álvarez.

La empresa, centrada en el mercado químico, naval, energético o de gestión de infraestructuras, sigue desarrollando además soluciones de todo tipo: desde un pequeño submarino robotizado para usos industriales hasta un robot terrestre para su uso en espacios como galerías cerradas, redes de agua o alcantarillado, que utiliza la misma tecnología que los drones, con cámaras y sistemas de navegación. Ambos ingenios estarán listos para finales de este año.