El estudio del tráfico portuario de El Musel puede ayudar a combatir las especies marinas invasoras presentes en Asturias. Por eso, investigadores de la Universidad de Oviedo están geolocalizando la procedencia de todos los buques que entran en el puerto de Gijón. La base de datos de la que dispone la Escuela Superior de Marina Civil es muy amplia: desde 2004 hasta septiembre de este año, lo que permite saber de dónde vienen los organismos incrustados en los cascos de los buques.

Ese es el origen de muchas invasiones en nuestra costa, como señala Horacio Javier Montes Coto, doctor en Marina Civil y miembro del proyecto "Blue Ports", con el que la Universidad pretende crear estrategias para prevenir y eliminar las especies alóctonas. El mejillón pigmeo, hoy muy extendido por la ría de Avilés, entró en la región precisamente adherido a un buque. Aunque la investigación, en la que también participan biólogos, durará tres años, Montes avanzó ayer en una charla en el Centro Municipal Integrado Ateneo Obrero de La Calzada algunos datos interesantes.

"Cuanto mayor sean los barcos, más riesgo hay de contaminación de especies invasoras adheridas a los cascos. Además, son buques que permanecen más tiempo en el puerto", explica Horacio Montes. Este es el caso de Gijón, a cuyo puerto llegan "embarcaciones de más de cien toneladas en su mayoría y para descargar carbón y mineral". Esto quiere decir que las incrustaciones constituyen la mayor amenaza para Asturias en el tráfico de invasoras.

Otro riesgo son las aguas de lastre, pero que en El Musel no sucede con todos los barcos. "Sólo sueltan agua aquellos que vienen a cargar", aclara el experto.