Son muchas las incógnitas que rodean la muerte de Juan Fombona Fraga, de 38 años, presuntamente causada por uno de sus amigos más próximos y de su misma edad. Amigos desde la infancia, eran vecinos, ambos forman parte de familias muy conocidas en Somió, que además guardaban relación entre ellas. Los parientes más cercanos de la víctima y del conductor que lo atropelló tratan de recuperarse del shock provocado por el devenir de los acontecimientos. Puestos al habla con ambas partes, unos y otros reclaman prudencia y exigen respeto a su dolor, al tiempo que tratan de asimilar la tragedia sobrevenida de la manera más inesperada.

La familia de Juan Fombona, tras varios días recibiendo muestras de apoyo y cariño, como se puso de manifiesto tanto en el tanatorio como en el emotivo funeral celebrado en San Julián, "quiere respuestas", según ha podido saber este periódico. Son muchas las incógnitas que aún rodean lo que ocurrió la madrugada del sábado. El dolor es tan reciente que todavía no se han planteado concurrir o no como acusación particular en el proceso judicial abierto. No obstante, el hermano del fallecido, Fernando Fombona, acudió en compañía de un abogado al Palacio de Justicia el día de la detención de Álvaro, al que conocía.

La madre y los hermanos de la víctima -como relató la doctora Marta Nonide, del servicio de urgencias que atendió a Fombona tras el atropello y al que, ironías del destino, conocía desde hacía años- tienen al menos el consuelo de que pese al brutal accidente, el joven no sufrió. "Todo había sido tan brusco, tan rápido, que había quedado inmediatamente inconsciente y no había sufrido en absoluto", transmitió la doctora Nonide a los familiares cuando pudo contactar con ellos.

La otra cara de la moneda corresponde a la familia del procesado, que también está pasando por un calvario. Los allegados de Álvaro han declinado hacer declaraciones, tanto el pasado martes a la salida del Palacio de Justicia, al que acudió su hermana Beatriz junto con un abogado, como en los sucesivos intentos de este periódico. No obstante, según ha podido saber este medio, fue en su propia casa donde recomendaron al detenido que acudiese a declarar voluntariamente a Comisaría cuando la Policía Local ya estaba estrechando el cerco sobre la identidad del conductor del atropello.

Álvaro A. S. estudió en Los Robles, fue jugador de tenis y trabaja en una empresa de alquiler de inmuebles, es el menor de cuatro hermanos y vive en Somió en compañía de su madre. Su padre falleció en 2008.