"Soy inocente y pido justicia". Pablo F. M., -el joven de 28 años y vecino de Nuevo Roces acusado de violar a una mujer de 51 años cuando ésta se dirigía a trabajar en su vehículo en el mes de marzo- hizo uso ayer del derecho a la última palabra durante la segunda y última sesión de la vista oral en la que afronta una pena de doce años de cárcel que interesa la Fiscalía o de catorce años y seis meses que exige la acusación particular al atribuirle además un delito de amenazas por la utilización de un cuchillo para lograr acceder al vehículo.

Sobre Pablo F. M. pesa el cargo de un delito continuado de agresión sexual que el acusado niega. A lo largo de todo el procedimiento sostuvo que las relaciones mantenidas entre denunciado y denunciante habían sido consentidas. Incluso, su abogado, que pide la absolución, aseguró que "nadie podía demostrar que hubiese habido penetración" por lo que no se podría hablar de violación.