Más de 1.000 alumnos del IES Número 1 de Gijón han disfrutando desde el año 1989 del programa "Erasmus". El centro gijonés apenas se perdió los dos primeros años de un programa que permite a los estudiantes complementar su formación con prácticas en empresas. La última hornada de este centro gijonés fueron ocho alumnos que disfrutaron del trabajo con auxiliares de enfermería en un hospital en Letonia y en un geriátrico en Finlandia. "Es una experiencia única. Este viaje te quita el miedo a irte fuera. Aprendes a valerte por ti mismo, y descubres que puedes buscarte la vida fuera si aquí no hay trabajo", cuenta Elba González, que estuvo el último mes en Letonia.

Marino Argüelles, director de este centro donde se cursa Formación Profesional, recuerda que en todo este periodo ya ha habido alumnos que han estado en Portugal, Reino Unido, Suecia, Finlandia, Letonia, Eslovaquia, Eslovenia o Bulgaria. "El objetivo es sacar a la persona fuera de su zona de confort, que se las arreglen en situaciones de la vida cotidiana en un país extranjero, y que aprendan situaciones reales de trabajo en otro país", resalta antes de añadir que para los tres próximos años el objetivo del centro es que sus alumnos lleguen a países como Polonia, República Checha y Estonia.

Los últimos alumnos desplazados en el programa "Erasmus" pudieron comprobar las diferencias en la rama sanitaria. La conclusión fue unánime: Finlandia mejora a España, pero Letonia aún está bastante atrasada. En la ciudad finlandesa de Vaasa estuvo Begoña Prieto junto a Lucía Rodríguez, Coraima Torres y Mercedes Pérez. "Nos dan muchísimas vueltas en calidad y en forma de vida, porque son mucho más tranquilos", comenta Prieto, que analiza con un ejemplo su trabajo de auxiliar administrativa en ambos países. "En España he trabajado en sitios con 47 pacientes para tres personas. Allí en la residencia de Finlandia había 60 personas, divididas en cuatro áreas, donde éramos seis trabajadores por zona, es decir, nos tocaban 15 pacientes para seis personas", explica.

En Letonia Andrea Álvarez, Nieves Álvarez, Elba González y Emilio García estuvieron en la ciudad de Jurmala conviviendo en una residencia junto a valencianos, portugueses y británicos, y trabajando en el Hospital de Riga junto a ciudadanos de Letonia. "Están bastante más atrasados en cuestión de sanidad. La ciudad está más envejecida en las carreteras, trenes o las herramientas que se pueden encontrar en España", resalta Elba González, que se queda en su experiencia con "ese sentimiento de independencia y de que me puedo desenvolver fuera".

Emilio García destaca que en Letonia los auxiliares de enfermería tienen la posibilidad de administrar medicación, pero critica la falta de espacio: "Había habitaciones con seis pacientes". Andrea Álvarez se trajo la anécdota de tener que pagar seis euros para ser atendida por sufrir anginas, pero la satisfacción de "manejarme en un país que no conocía de nada". Y Nieves Álvarez se sorprendió al ver que en Letonia "los hospitales son arcaicos, nada que ver con los de aquí, que casi nunca los valoramos".

Ocho nuevas experiencias en el extranjero de alumnos del IES Número 1 de Gijón, que tienen claro que ante la falta de trabajo en Asturias, no dudarían en coger la maleta y probar fortuna en el extranjero. "No se acaba el mundo, es posible trabajar fuera y no es nada malo", coinciden todos ellos.