La gijonesa Erundina Fernández López-Bataller falleció hoy a los 88 años de edad, dejando huérfano al baile regional asturiano. No en vano, la fallecida pasó una vida entera unida al folcrore regional, del que únicamente la enfermedad pudo apartarla, hace unos años.

Fernández era enórmemente querida por todos los alumnos que tuvieron la oportunidad de su maestría en el baile y beber del entusiasmo con el que transmitía su amor por el baile regional, llegando incluso a tocar el tambor.

Sus inicios como profesora fueron en el grupo Torrecerredo, pero también enseñó baile regional -en unos años en que muchos centros ofrecían esa actividad extraescolar- en su propia academia en la calle San Bernardo y en diferentes colegios como el Santo Ángel o el Liceo-La Corolla.

Vinculada desde siempre al grupo de Coros y Danzas Jovellanos, al que pertenecía, sus compañeros la recordaba con enorme cariño y con la trascendencia que tuvo en el mundo asturiano: "era una folclorista de referencia, que hizo del baile su vida", contaban ayer portavoces del veterano grupo gijonés, con quienes Erundina Fernández recorrió el mundo vestida de traje asturiano. Como lo recorrió para dar clases en muchos centros asturianos repartidos por el mapamundi, desde México a Puerto Rico, Suiza o Alemania.

Mujer de enorme vitalidad, su rostro risueño era "tan familiar como entrañable", según reseñó quien la conoció "animando todas las fiestas de populares habidas y por haber".