Dos jóvenes gijoneses han sido condenados al pago de más de 3.100 euros por un delito continuado de daños después de ser sorprendidos provocando desperfectos en varios vehículos aparcados en las inmediaciones de la estación de tren.

Fue un trabajador de Emulsa quien advirtió a esos dos jóvenes pegando patadas a los retrovisores de varios coches y alertó a la Policía Nacional, aportando además una concreta descripción de los sospechosos que permitió a los agentes la detención de los mismos. Fueron condenados por el Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón al pago de una multa de 2.250 euros -con 225 días de arresto en caso de impago- más indemnizaciones a seis afectados. En suma 3.100 euros. Recurrieron la sentencia pese a que uno de ellos reconoció en la vista oral haber dado una patada a un retrovisor, aunque matizó que "no sólo habían participado ellos". La Audiencia ha ratificado la condena.