"Este mercado es compatible con las rebajas. Es más compra de impulso la que se hace. Aquí vienes a comprar cosas recurrentes y productos de calidad. Es algo que debería extenderse todo el año. La cuesta de enero no impide que siempre encuentres aquí algo que te guste". Noel Bobes es uno de los muchos visitantes que disfrutaron este fin de semana de los productos que ofrece el Mercado Artesano y Ecológico en la plaza Mayor. Ayer acudió con la idea fija de comprar una madreña en miniatura en un puesto de artesanía, el de Javier Ruiz, que ha participado en catorce de las quince ediciones que lleva celebrándose este mercado de la plaza Mayor, y que ayer lamentaba otro handicap peor que el de la cuesta de enero: la gripe. "Normalmente somos 60 puestos y esta vez somos 38. Por ser invierno y la gripe unos cuantos compañeros artesanos no han podido venir, y algún otro se ha tomado el fin de semana de descanso", comentó.

Productos gastronómicos como embutidos, sidra, verduras ecológicas, artesanía, bisutería o telas son algunas de las propuestas de esta feria. "La cuesta de enero se nota, pero nuestro público es fiel y busca productos de calidad", explica José María Montes, con un puesto de embutidos, que también lamenta que "los productos hechos de forma artesanal muchas veces no se valoran tanto, ya sean de comida u objetos".

El matrimonio ovetense integrado por Merche Fernández y Alfredo Merchante fue uno de los que ayer acudió a comprar algunos productos. "Preferimos esto antes que las rebajas", indican, al mismo tiempo que bromean sobre la cuesta de enero: "Somos jubilados y con el 0,25 por ciento de subida de la pensión no nos da ni para la cecina, pero si vemos a nuestro alrededor que es una época muy difícil para comprar", añaden.

Muy cerca, en otro puesto de gastronomía, Susana Martínez, que vendía queso de Gamonéu, explica que los meses de enero y febrero "en general siempre son muy duros", pero nota una leve mejoría: "A peor no se va, y al menos se va manteniendo más o menos como otros años las ventas". También valora positivamente que "el público tanto de aquí como de afuera valora cada vez más estos productos, y no solo se van a las rebajas. Al no haber llovido hemos tenido bastantes visitantes".

Durante la jornada de ayer y del sábado hubo también un taller para niños para hacer monstruos con materiales reciclados. Una forma más de incentivar al consumo durante la cuesta de enero, que poco a poco va haciéndose menos empinada, pero que sigue notándose a la hora de consumir. "Mucha gente de la que ha venido ha sido para cambios del periodo navideño, pero los que vienen siempre compran algo y valoran lo que hay", explica Ruiz.

La próxima cita del Mercado Artesano y Ecológico de Gijón será el 10 y 11 de febrero. Con quince años de historia, en 2018 volverá a estar presente una vez al mes en la plaza Mayor.