"Mi madre se sentía amenazada por Makelele". Así explicó la hija de Sonia Mitre -la popular hostelera gijonesa encontrada muerta en su domicilio de El Lauredal el pasado 16 de julio de 2015- la relación que su madre mantenía con el acusado en los últimos meses. Lo hizo esta mañana, al declarar en la sección octava durante la segunda sesión del juicio por el asesinato de Sonia Mitre donde también fueron oídos los testimonios de otros de testigos, como familiares, amigos de la víctima y antiguas empleadas de Mitre.

Uno de los testimonios fue el de una asidua del establecimiento que Mitre tenía en la Ruta de los Vinos. La mujer dijo haber tenido buena relación de amistad con la fallecida y aseguró ante el tribunal de la sección octava de la Audiencia Provincial, y por ende ante el jurado popular, que el acusado "maltrataba físicamente" a Sonia Mitre, segúnle relató ella misma en varias ocasiones. Incluso, una vez, presenció cómo el acusado la empujó en el bar que regentaba la víctima. También defendió que en otra ocasión le mandó mensajes de voz en los que le decía que estaba "aterrorizada" y que incluso la había amenazado con matarla. Y si bien le sugirió denunciarlo, ella se negaba porque "tenía mucho miedo a que la matara", ha asegurado.

Por su parte, Abdou Ndiaye, el único acusado del homicidio alegó ayer que "gitanos gallegos" llevaban días buscando a la hostelera para saldar deudas pendientes, mientras que los médicos forenses que le realizaron la autopsia a Sonia Mitre señalaron que el asesino era una persona "fuerte y corpulenta".

Abdou Ndiaye, que se encuentra en el Centro Penitenciario de Asturias desde el pasado 1 de octubre de 2015, se enfrenta estos días a una pena de 15 años de prisión por un delito de homicidio con agravantes de parentesco y de discriminación por razón de género que le atribuye la Fiscalía, que entre sus pretensiones de condena incluye, además de las costas del proceso, la petición de una indemnización de 120.000 euros a la hija de la víctima, otra más de 60.000 euros para la madre y un tercer pago de 30.000 euros que tendría como destinatario al hermano. La acusación particular, por su parte, interesa una pena de veinte años de cárcel al considerar los hechos constitutivos de un delito de asesinato. En cambio, la defensa, ejercida por la abogada Ana Gloria Rodríguez, insistirá en la inocencia del procesado y solicitará su libre absolución.