Organizar la implantación del grado de Ingeniería de Organización Industrial en la Escuela Politécnica de Gijón está costando más de lo previsto. Tras el rechazo inicial de la Consejería de Educación, que aprecia duplicidad con otras enseñanzas y considera que no hay alumnos suficientes interesados en la especialidad, la Universidad ha visto frenadas sus aspiraciones de forma brusca. Pero no tira la toalla: hoy mismo se celebra un Consejo de Gobierno extraordinario de la Universidad en el que el rector previsiblemente situará de nuevo el foco el gobierno regional, reclamando a Educación en la que se les argumente de forma exhaustiva el rechazo al nuevo grado como paso previo a un acercamiento de posiciones.

El informe del consejero, firmado el 22 de diciembre de 2017, sostiene que habrá una escasa demanda de estos estudios el Principado,y para justificar la baja demanda futura se esgrime un estudio de los traslados o movimientos de estudiantes a otras universidades que imparten esta formación.

Un argumento que no convence a la Universidad y que tampoco se sustenta en el coste del nuevo grado, que se cifra en unos 80.000 euros. Por eso la institución académica demandará una argumentación más sólida al rechazo de un grado que se ha vendido desde el inicio, avalado por la propia industria, como el del "ingeniero total", capaz de encaja en todo tipo de departamentos, desde marketing hasta recursos humanos, pasando por logística o compras, enfocado al ámbito empresarial, al análisis y diagnóstico de problemas, al diseño de soluciones factibles y a la implantación de estas mismas soluciones y su mejora continua.

Pese a la conveniencia que la Universidad detecta en este grado, con el apoyo explícito de la buena parte de la industria regional, Educación alega un "equilibrio entre distintas ramas del conocimiento", con lo que daría a entender implícitamente que ya habría suficientes ingenierías en Asturias. El frenazo de la consejería deja en suspenso el grado de Organización, puesto que la aprobación del Principado es indispensable para acudir a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), último de los pasos para implantar estos estudios.

El clamor ha sido constante en los últimos días en Gijón para disponer en el futuro de la nueva titulación, desde los profesionales del sector, que consideran un "error" que el Principado haya rechazado la implantación del grado, hasta la patronal del metal, que reclama un grado que "será clave para el desarrollo estratégico y competitivo de las empresas de la industria de Asturias".

Los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento gijonés reman en el mismo sentido, y todos se han puesto de acuerdo para sacar adelante una declaración institucional promovida por Xixón Sí Puede para reclamar que el campus gijonés cuente con "ingenieros totales".