Si a las 16.30 horas hay un testigo que sitúa a Makelele en el centro de la ciudad y a las 15.30 la víctima, Sonia Meléndez Mitre, estaba viva -según la Policía llegó su domicilio sobre las 15.20- resulta imposible para la defensa que el acusado Abdou Ndiaye pueda ser el autor del crimen cometido el 16 de julio de 2015.

En ese margen de una hora, según la prueba practicada a lo largo de estas semanas y en palabras de la letrada Ana Gloria Rodríguez, al procesado le tendría que haber dado tiempo a mantener relaciones sexuales con la víctima, limpiar el domicilio -no había huellas de Makelele en la casa de Mitre ni flujos vaginales ni restos de semen en las sábanas-, matarla, deshacerse del móvil de ella y volver desde la calle Manuel Hevia, en El Lauredal, hasta el Carmen. Son "dos puntos de la ciudad que distan de 57 minutos a pie según Googlemaps", alegó esta mañana la abogada defensora.

El jurado, que deberá determinar la responsabilidad del acusado, ya está reunido. A la salida de la vista, y a la espera del veredicto, Ana Gloria Rodríguez atendió atendió los medios de comunicación para defender una vez más la inocencia de su cliente y pidió al jurado que tuviera "valentía" a la hora de analizar lo oído y leído durante la vista.