El Ayuntamiento de Gijón tiene claro que, para acabar con la plaga de cortaderia selloana, el planta conocida popularmente como plumero de la Pampa, necesita la colaboración de la Autoridad Portuaria -con la que ya está trabajando "mano a mano"- y, sobre todo, del Gobierno del Principado. "Si no hay una actuación global, nosotros no podemos solucionarlo" es la máxima que se repite desde el Consistorio, que cifra en alrededor de 30 las hectáreas de suelo municipal afectado por la plaga. Una extensión que desde el Consistorio gijonés se estima que no es excesiva, más aún cuando la densidad es, por lo general, baja, no siendo muy elevado el número de ejemplares. Las zonas más contaminadas por el plumero se enclavan en la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (Zalia), los polígonos de Lloreda en Tremañes -propiedad de Sogepsa-, el de Porceyo o la zona de influencia de El Musel.

En las últimas semanas, el área de Parques y Jardines del Ayuntamiento está llevando a cabo pruebas en varias parcelas municipales de alrededor de 2.000 metros cuadrados, para valorar qué opción es la más eficaz para erradicar la plaga. Es decir, aquella que ofrezca mejores resultados y unos costes menores, que los técnicos municipales estiman en "cientos de miles de euros, si no más. Son costes muy elevados, para una sola administración sería excesivamente gravoso".

Las pruebas que están llevando a cabo operarios municipales tienen como fin dilucidar el coste económico de las acciones. Una serie de resultados que el Ayuntamiento presentará la próxima semana, en Oviedo, al viceconsejero de Medioambiente, en una reunión que servirá para "cruzar datos" entre las administraciones afectadas para encontrar la mejor solución a la preocupante plaga que se extiende por la región.

Todo ello determinado por la firme creencia de que "o la acción es unánime, o no hay nada que hacer para acabar con la plaga del plumero". Así, desde el Ayuntamiento gijonés se trabaja en implicar al gobierno regional, quien está realizando pruebas por medio del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot), dependiente de la Universidad de Oviedo, en el polígono de Macua, en Gozón.

Las probaturas realizadas por el servicio municipal de Parques y Jardines van arrojando ya los primeros datos. Los técnicos municipales, tras probar con diferentes métodos, que van desde el arranque manual y el mecánico al uso de herbicidas, van realizando una composición de las actuaciones más eficaces.

"Los métodos varían en función de la tipología de la planta, si está más o menos crecida y de su ubicación, dependiendo de la accesibilidad para las máquinas", explican técnicos municipales. Sin embargo, tras las pruebas realizadas, concluyen que la praxis más eficaz pasaría por "pasar una desbrozadora de martillos y después una desbrozadora de cadenas" para realizar el primer arranque de la raíz y, a posteriori, "hacer mucho énfasis en el mantenimiento, que es lo más importante, con la desbrozadora de cadenas y el uso puntual de un herbicida sistémico global, de forma muy mesurada y controlada", como es el Nervure Super, que está probando el Consistorio.

"Se ha de realizar una actuación unánime para dar un golpe fuerte para eliminar las plantas", analizaron los técnicos municipales, "pero solo así no se resuelve, hay que perseverar en los trabajos para que no rebroten, y eso no es cuestión de solo un año", añaden.

De hecho, desde el Consistorio se enfatiza que "el plumero se encuentra tanto en parcelas públicas como privadas", poniendo el foco de atención en "las grandes parcelas privadas, que se dejan abandonadas y sin cuidar", como una de las grandes amenazas. "Tanto los propietarios como las administraciones tienen sus responsabilidades, por lo que ambos tendrán que hacer frente a su coste", concluyen.