La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Míticos pioneros del fútbol en el colegio de la Inmaculada

En 1903 la prensa daba cuenta de las primeras partidas de "foot-ball" en el prau Redondo, donde se enfrentaron el Gijón Sport Club y el Oviedo Foot-ball Club, con victoria local

El equipo del colegio, en 1909.

"Varios jóvenes de esta villa organizan diariamente partidas de foot-ball en el prado Redondo, al lado de la carretera del Obispo, prestando con tal motivo gran animación a aquel lugar, donde todas las tardes concurren muchos curiosos". Eso nos cuenta la prensa local de primeros de julio del año 1903.

El prau Redondo o prado Redondo es citado muchas veces desde que El Humedal deja de ser un humedal. Era un prado sito en los entonces arrabales de Gijón que hoy situaríamos donde están las calles Avilés, Candás y Luanco.

También se disputaban encuentros en un prau de El Llanío (que luego se llamó La Guía) y en un terreno situado al lado de la plaza de toros de El Bibio, coso que ya existía desde muchos años antes, desde 1888, y por supuesto en la playa de San Lorenzo. El campo de La Guía estaba muy cerca de donde estuvieron los merenderos, y bailes, Jai-Alai e Ideal Rosales. Dos calles que en la actualidad llevan esos nombres nos sitúan exactamente dónde estaban esos lugares de ocio.

Se considera la fecha del 17 de agosto de 1903, mes y medio después de esa nota periodística, como el día en que el Gijón Sport Club compitió por primera vez de una forma oficial, con uniforme y reglamento, y lo hizo contra el Oviedo Foot-Ball Club. Ganaron los gijoneses y el partido fue en el prau Redondo en El Humedal.

Leemos en "Entre manzanos" de Alfonso Camín: "Mi padre y yo, braceando con la fiambrera en la mano, saltábamos de Roces a Granda por el pradón de Carrió donde yo había visto por primera vez, en 1900, jugar al fútbol, acompañados de los curas, a los muchachos ricos que estudiaban en el colegio de los jesuitas en la cuesta de Ceares".

Fueron jóvenes gijoneses que, tras haber pasado por el colegio de La Inmaculada, en su mayoría estudiaban en Suiza, Alemania y también en Inglaterra, de donde habían traído esa afición. Ellos introducen el fútbol en Gijón durante aquellas vacaciones veraniegas de 1903, y hablamos de apellidos como Alvargonzález, Prendes, Moré, Malet, Bertrand, de la Riva o Adaro. Fue precisamente Luis Adaro Pórcel quien -con veinte años- más destacaba en esa afición al fútbol y quien consiguió las porterías, y utillaje necesario para aquellos primeros partidos de balompié, de foot-ball, en Gijón. En un espacio, en el prau Redondo, no lejos de la fábrica que muy poco antes había fundado su padre, Luis Adaro y Magro.

Esto dijo la prensa respecto a aquel primer derby: "Tomaron parte distinguidos jóvenes de la capital y gijoneses, resultando el match sumamente entretenido para los espectadores, entre los que se contaban distinguidas señoritas de nuestra buena sociedad".

El fútbol primero fue un barullo, un desorden. Recordemos lo de Derby. Es conocido que desde mitad del siglo XIX en la ciudad inglesa de Derby el martes de carnaval se celebraba de una manera muy original.

La diversión en Derby consistía en que cientos de hombres, separados en dos equipos, competían durante seis horas, sin parar, en un partido de fútbol callejero con las porterías situadas en ambos extremos de la localidad y con un solo balón. Así plazas y calles eran un enorme estadio de fútbol y, de hecho, es habitual la expresión "derby" para referirse a un partido entre equipos de casa, de una misma ciudad. La gente de Derby (medio pueblo contra medio pueblo) tomaba la calle para su diversión y así, esos ciudadanos manifestaban su sentido de ocio urbano en un lugar que era de todos, en la propia calle. Con fútbol sí, pero al mismo tiempo con bailes, disfraces, música y comidas populares. Con el paso del tiempo la cosa del fútbol se "civilizó", con normas y reglamentos.

En Gijón se jugó al fútbol, a inicios del siglo pasado, en lugares como los que citamos; primero de forma un poco caótica y luego ya con normas muy reguladas. En la calle se jugaba al fútbol y también en lugares cerrados por muros y puertas. En recintos bien dotados de pelotas, con porterías, y con uniformes incluso? y eso en nuestra ciudad sólo era posible en un centro regentado por los jesuitas como es el colegio de la Inmaculada. La revista "Páginas Escolares" que se editó mensualmente desde el año 1904 -el Sporting se fundó en 1905- contiene desde sus primeros números variada información sobre el fútbol en el colegio. Es conocido que algunos curas del colegio procedían del País Vasco, y seguramente ellos influyeron en la difusión del "foot-ball" entre los estudiantes.

La primera foto que conocemos del equipo del colegio de la Inmaculada data de diciembre de 1907 y los once jugadores van vestidos con camiseta a rayas verticales rojas y blancas, incluso el portero a quien distinguimos simplemente porque porta el balón; todos con pantalones de color blanco, y tocados con un curioso gorro rojiblanco. Es posible que los colores de la camiseta fueran influencia del Athletic Club de Bilbao que había sido fundado en el año 1898 con los colores azul y blanco, que luego cambiaron al rojiblanco. Recordemos que, por el motivo que sea, el equipo de San Mamés siempre tuvo muchos aficionados en Gijón antes que la cosa se decantase entre el Barça y Real Madrid.

Por la prensa local sabemos que durante años, antes de la Guerra Civil, la colonia de vizcaínos en Gijón celebraba la festividad de San Ignacio de Loyola, el 31 de julio, con una misa en la capilla del colegio y con una comida típicamente vasca.

Enseguida el color de la camiseta del equipo de la Inmaculada se cambió por el blanco -que mantiene- quizás por la relación entre el color blanco y el nombre del colegio. Otra foto del equipo, del "team del colegio", del año 1909, nos muestra el equipo vestido ya de blanco, con el portero bien diferenciado, con dos jugadores con corbata e incluso uno (fila inferior, segundo por la izquierda) con gafas.

En el número de mayo de 1911 "Páginas Escolares" incluyó un "Reglamento del juego de foot-ball", con dibujos incluidos, todo lleno de anglicismos donde el portero es el "keeper", los goles "goals", los delanteros "forwards", el árbitro "referee", y el "penal kick" el ahora penalti.

Enseguida el fútbol dejó los círculos elitistas y se popularizó. Algunas fábricas de la ciudad, y todos los barrios, tuvieron su equipo. Incluso hubo equipos como el Dindurrino, la Carreñina, el Atochino o el Callejón no ya representando a un barrio sino a calles. Respectivamente refiriéndose a las calles Dindurra, Eladio Carreño, Atocha y del Callejón de La Calzada.

Hablamos de "míticos" porque no fue hasta el año 1924 cuando el Sporting modificó sus estatutos para admitir a mujeres como socias. Y un año más tarde "El Noroeste" del 19 de marzo de 1925 nos informa que en el cerro de Santa Catalina entrenaba y jugaba un equipo femenino de fútbol. Ningún dato cita el diario sobre el nombre del equipo ni sobre quiénes eran sus componentes.

Pero años antes de eso los patios del colegio de la Inmaculada habían acogido pioneros partidos de fútbol en Gijón. De fútbol como deporte y como sana diversión. La revista "Páginas Escolares" se puede consultar en la Biblioteca Asturiana del padre Patac, actualmente en la Biblioteca Pública Jovellanos pero que hasta hace un cuarto de siglo estuvo precisamente en el colegio de la Inmaculada. En la revista, en la primera década del siglo XX, vemos información sobre otros deportes practicados por los alumnos de la Inmaculada, además del fútbol. Hablamos de gimnasia, esgrima y ciclismo, por ejemplo, e incluso aparecen noticias de las primeras becerradas que luego fueron anuales, por mayo.

No lejos del Colegio de la Inmaculada se vive desde hace tiempo un ejemplo de fútbol clásico, alejado de hooligans violentos y de la irracionalidad. Es el caso del Unión Club Ceares que recupera cosas que estaban en el origen del fútbol: sentimientos de comunidad, conceptos como la pertenencia a un barrio del que son símbolo, alejamiento del consumismo imperante, con una ideología respetuosa con las personas, atentos a los refugiados en las puertas de Europa, y lejos de la unión del fútbol con la violencia. Son la Mareona de Tercera, y bien saben los violentos que La Cruz no es su campo.

Compartir el artículo

stats