"Azcárate y Jovellanos, dos ilustrado reformistas en críticos cambios de siglo" fue el título de la conferencia ofrecida anoche en la Casa Natal de Jovellanos, promovida por la Fundación Foro Jovellanos e impartida por el profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de León, Francisco Carantoña Álvarez.

Gumersindo Azcárate nació en León en 1840, de madre gijonesa y falleció en 1917 en León. Éste es el primer paralelismo establecido con Jovellanos, ya que ambos conocieron el cambio de siglo. No fueron pensadores originales, más bien divulgadores de ideas. Los dos conocieron la persecución política; Jovellanos mediante el destierro en Bellver y Azcárate a través del destierro en Extremadura.

Azcárate fue un jurista, historiador, político, y catedrático de Economía Política y Estadística. En 1875 fue expulsado de la Universidad por su defensa de la libertad de cátedra, siendo reintegrado en 1881. Gijón le había concedido una calle, la que hoy es la calle Munuza, pero en 1937 se cambió la titularidad. Profesaba un gran amor a Gijón y vino a la ciudad por primera vez a la temprana edad de 13 años, quedando deslumbrado por el mar.

Jovellanos había vivido con entusiasmo la Ilustración que habría paso al liberalismo y Azcárate sentía entusiasmo por las ideas democráticas, por eso admiraban ambos el sistema británico. ovellanos conoció el Borbón que gozó de más prestigio de la historia, Carlos III. Azcárate vivió la restauración monárquica de Alfonso XII, y la crisis del 98 lo que le llevó a luchar denodadamente por la regeneración de España.

Ambos fueron monárquicos, aunque en la última etapa de su vida Gumersindo Azcárate viró hacia el republicanismo. No le molestaba la monarquía siempre que el Rey no tuviera poder, y siempre que fueran las cámaras quienes lo ostentaran, pero su ideal de gobienro era la república. Azcárate creó, junto a Melquiades Álvarez, el Partido Reformista, y fue impulsor de la Institución Libre de Enseñanza. Los dos, Jovellanos y Azcarate, veían en la educación el progreso de la sociedad.

Gumersindo Azcárate no escribió mucho sobre Jovellanos, pero consta que le admiraba; en 1911, con motivo del centenario de la muerte del prócer gijonés escribe un pequeño artículo en la prensa local. A Jovellanos y Azcárate les preocupaba la política social, como dijo en su brillante exposición Carantoña Álvarez.