El grupo granadino "Lori Meyers" sopla este año veinte velas y lo hace más vivo que nunca, presentando un nuevo disco, "En la espiral", y quizá en su momento musical más pleno. Mañana actúan en Gijón, en el Teatro Albéniz, a las 21 horas, dentro del ciclo conciertos Momentos Alhambra Música. Antes, su batería, Alfredo Núñez, atiende a LA NUEVA ESPAÑA, en un descanso de sus ensayos.
-¿Cómo llegan a Gijón?
-Con muchísimas ganas porque es el primer concierto del año y este 2018 es especial para nosotros, porque cumplimos 20 años como banda, desde que nos juntásemos con 15 años. Vamos a Gijón con un repertorio bastante amplio, no solo con canciones de "En la espiral", nuestro último disco, si no con repertorio de estas dos décadas. Va a ser un concierto largo, de dos horas de duración, en el que repasaremos las canciones que nos han hecho grandes, los singles de cada disco. Va a ser nuestra prueba de fuego y nos vamos a dejar la piel.
-Dos décadas ya a sus espaldas en el mundo de la música. ¿Cuál es la clave para conseguirlo?
-No hay un factor único, es un compendio. Cuando empezamos no nos imaginábamos nada de lo que iba a pasar, el poder vivir de la música como ahora. Teníamos las ambiciones de un chico de 15 años, poder tocar en escenario donde tocaban las bandas que nos gustaban. Siempre nos hemos rodeado de gente que de verdad ha apostado por "Lori Meyers". Es importante no solo tener un bagaje fuerte entre nosotros, sino con los de alrededor, que hagan de un grupo una carrera. Hay que tener constancia, creer en lo que se hace, un poco de suerte, elegir bien la gente que trabaja contigo y que el público te siga.
-¿Cómo ha cambiado "Lori Meyers" en estos veinte años?
-Ha cambiado bastante. Cuando empezamos no teníamos barba, no nos afeitábamos (se ríe). Hemos cambiado mucho, hemos madurado como personas y público, hemos evolucionado, somos mejores músicos ahora. Hemos aprendido de las mejores experiencias y también de las malas, para no repetir los errores.
-En estos veinte años se han convertido ya en un clásico del indie en España.
-Nosotros no pensamos en lo que somos o no, sino en que nos queda mucho por hacer, muchas canciones y discos por grabar. Estamos en nuestro mejor momento, en el momento musical más dulce. Cuando pasen más años ya veremos, pero ahora mismo son catalogaciones que, aunque resulten un orgullo, no pensamos en ellas. Solo pensamos en el próximo disco, en la próxima canción, en cómo hacerlo mejor.
-Dice que están en su momento más dulce, pero sin embargo tardaron cuatro años en sacar este último disco, el parón más grande en su carrera.
-En realidad no fue un parón como tal. Los tres primeros años estuvimos de gira. Cuando paramos realmente fue el último año, para hacer un buen disco, volver a los inicios, ver qué manaba, para no realizar un disco con las prisas de la industria, sino todo lo contrario.
-¿Por qué "En la espiral"?
-Hace referencia al proceso de grabación, a la espiral en la que nos sumergimos. Pero también a la temática de las canciones, a la espiral en la que está la sociedad, cada vez con mayor falta de valores. Estamos todos presos de una sobreinformación diaria de la que parece que no podemos salir.
-¿Qué importancia han tenido los festivales en el apogeo de la música indie?
-Mucha. Igual que el mundo digital hizo que cayeran las ventas de los discos físicos, para nosotros también fue un escaparate: presentarte a través de internet, que la gente te conociera. Con los festivales pasó lo mismo, fue donde nos dimos a conocer, igual que lo siguen haciendo hoy en día otros grupos. Te veía mucha más gente de la que en un principio te podía conocer. Los festivales han mejorado mucho en España, llegando a niveles internacionales, con grupos extranjeros que cuando vinieron nos dejaron su impronta de cómo se hacían las cosas, lo que hizo que en España se superaran muchos prejuicios. Es un escaparate tanto para los que empiezan como los que seguimos ahí, que podemos llevar un espectáculo más grande que en otras salas más pequeñas, poder crecer en directo, que es de lo que se trata, es de lo que vivimos.
-¿Qué tiene Granada que han salido tantos buenos nombres musicales? Miguel Ríos, Los Planetas, Los Mutantes, Lori Meyers?
-Siempre ha sido una ciudad multicultural, y eso para el arte es maravilloso, que haya diversas formas de ver las cosas. Al final eso se empapa en la ciudad y es muy positivo. Hay gente que dice que es el agua, otros que es la "mala follá granaína". Yo creo que es una ciudad viva culturalmente, que tiene una gran diversidad. Es una ciudad referencial musicalmente en España, en Granada parece que la vía de escape siempre fue el arte.
-¿Qué harán "Cuando el destino nos alcance" (título de uno de sus anteriores discos)?
-De momento, el destino nos alcanzará en Gijón, que es nuestra próxima parada. Somos un grupo de mirar hacia adelante, no hacia atrás, pero paso a paso. Este año precisamente nos alcanza el destino en muchos propósitos que tenemos, con un gran concierto fin de gira en el Wizink Centre, que será una noche muy especial para conmemorar el vigésimo aniversario, un concierto único. Hay muchos proyectos donde el destino nos tiene que alcanzar todavía. Aún estamos vivos musicalmente y tenemos que aprovecharlo, que el destino nos siga alcanzando con canciones nuevas.
