Miembros del grupo municipal del Partido Popular de Gijón y de Nuevas Generaciones han iniciado una recogida de firmas para evitar que se derogue la ley de la prisión permanente revisable. Igualmente, el portavoz local de los populares, Mariano Marín, ha registrado una proposición par ser debatida en el Pleno de febrero en apoyo y defensa de esta figura jurídica a la que espera que se unan el resto de grupos municipales.

El Grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Gijón ha registrado una proposición par ser debatida en el Pleno de febrero en apoyo y defensa de la prisión permanente revisable. Además, el PP de Gijón y Nuevas Generaciones han iniciado esta mañana una campaña de recogida de firmas en Gijón para evitar la derogación de esta figura jurídica.

En la proposición, el portavoz popular, Mariano Marín, pide que el Ayuntamiento de Gijón muestre su apoyo a esta figura jurídica e inste a los diferentes grupos parlamentarios con representación en el Congreso de los Diputados a que reconsideren su postura sobre la derogación de la misma. Asimismo, solicita que dicho acuerdo sea trasladado al Ministerio de Justicia, a los grupos políticos en el Congreso, al Senado, a la Junta General del Principado y al FEMP.

El portavoz popular defiende que la prisión permanente revisable "está perfectamente definida y tasada y solo se aplica a una lista cerrada de delitos cuya gravedad se explica por sí misma, como el asesinato de menores o personas especialmente vulnerables por razón de su edad, enfermedad, o discapacidad o el asesinato subsiguiente a un delito contra la libertad sexual".

Asimismo, señala que es una pena proporcionada a la gravedad de estos crímenes porque prevé un tiempo mínimo de cumplimiento de la pena sin salir de prisión, que puede ir desde los 25 hasta los 35 años según el número de delitos cometidos y su naturaleza, perosubraya que es revisable "porque, tras el cumplimiento íntegro de esa parte mínima de la condena, se abre la posibilidad a que el penado obtenga la libertad, pero siempre y cuando se acrediten garantías de que no cometerá nuevos hechos delictivos".

"Es, por tanto, una pena que posibilita y aspira a la reinserción, por cuanto esta es la condición sine qua non para que se pueda obtener la libertad. Si lo consigue, es porque ha logrado las capacitaciones adecuadas para reinsertarse; si no, se evita que salga a la calle quien no está en condiciones de reintegrarse en la sociedad, impidiendo con ello que reincida en sus crímenes execrables", sentencia Marín.