El nuevo plan de uso y gestión del parque de Isabel la Católica lo deja bien claro en el apartado de usos no permitidos en el espacio verde: queda prohibido "liberar animales de cualquier especie en todo el ámbito del parque por personas ajenas la gestión del mismo". Sin embargo, la suelta de mascotas de pequeña envergadura como las tortugas de Florida se ha convertido en una práctica habitual en el parque y, lejos de ser la solución, la prohibición será para los expertos "un modo de trasladar el problema del parque a los ríos".
En la actualidad las tortugas se concentran en los estanques del parque, donde se han integrado sin mayores alteraciones del ecosistema. Y si en algún momento se empezara a sancionar por dejar abandonadas a las tortugas en Isabel la Católica "seguro que la gente las acaba dejando en el Piles y llegan al mar", vaticinan los expertos en conservación de la fauna.
La solución, pues, debería pasar, aseguran, "por que la Consejería tome una decisión sobre lo que se debe hacer con la sobrepoblación de este tipo de animales". Porque hay refugios que ya están llenos de estos animales y empieza a ser un problema en algunos espacios públicos. Sólo en el parque de Isabel la Católica se calcula que se han capturado en los últimos dos años unas 150 tortugas, si bien en la actualidad se ha dejado de cogerlas porque no se sabe muy bien qué hacer con ellas una vez capturadas. Los expertos señalan además que "donde mejor están es en el parque", porque es allí "donde mejor se pueden controlar y capturar con una nasa en un momento dado".
El plan de usos recientemente aprobado incide en la necesidad de que se tomen medidas de control o erradicación de las especies faunísticas exóticas invasoras, como también puede ser el caso del cangrejo rojo. En este caso, los crustáceos han rebasado el parque para colonizar otros espacios como los estanques de la plaza de Europa. Hace un par de años se retiraron de la acequia más de 60 kilos de cangrejos rojos americanos que llegaron a ocasionar la muerte de otras especies que habitaban en las fuentes de la Plaza. También han sido detectados en el parque, y los entendidos en fauna advierten de que cualquier medida de control y erradicación que se tome para acabar con las especies invasoras "debe ser consensuada entre las partes, especialmente con la Consejería de Medio Ambiente; no es tan sencillo", concluyen.
