Alberto R. Torices (Guernica, 1972) es de los que llevó uno de esos blogs de retórica cuidada, a los que el internauta acude en busca de algún provecho literario. Picoteos estimulantes para quien busca nuevos autores, talentos en ciernes, escritores poco conocidos. Aquella bitácora se llamaba "Ángulo de penetración", que es el título de la primera de las historias de "Trata de olvidarlas". Y allí fue dando del 2007 al 2008 la casi totalidad de la veintena de relatos reunidos en ese libro, editado por la gijonesa Trea. Lo presentó ayer en La Buena Letra. Lances de amor y sexo hilvanados por un narrador con perfil de Don Juan pero de calado sentimental muy antidonjuanista.

"En todo caso sería un arquetipo muy remozado de Don Juan, un personaje que me resulta despeciable", explicó Torices. "No me propuse hacer una versión de Don Juan, porque no me interesa y tampoco ese rasgo suyo de burlador". El libro incluye una muy hermosa cita del llorado Carver sobre el olvido. De ahí sale el título de este volumen que fue presentado por el poeta y periodista César Iglesias: "Olvida a las jóvenes. Trata de olvidarlas./ A las jóvenes. Y todo eso".

Torices hizo resaltar que el tono de esta colección que viene de las tradiciones de la literatura deleitosa va modificándose según transcurren los relatos, los lances, los coitos. "La psicología del narrador es al principio más lúdica; luego, va basculando hacia el otro lado: lo que era liviano se convierte en grave". El escritor insistió: "Se va imponiendo el curso de la vida y él será la primera víctima del holocausto sentimental".

Cuentos que, pese a esa faceta de aparente propensión a la rememoración orgásmica, son también una lección de vida y de buen amor, como en el arcipreste Juan Ruiz. La pregunta es tópica pero se impone: ¿cuánto hay de Torices en el narrador de "Trata de olvidarlas"? "La cargas de profundidad del libro están tomadas de mi vida, pero esos lances no pertenecen a mi biografía", respondió.

El escritor nació en el País Vasco, hijo de una pareja leonesa que buscó en Bilbao, primero, y en Guernica después mejores horizontes económicos. La familia regresó, tal vez desencantada, a su tierra. Torices, que tiene otros cuatro libros publicados y oficia en varios menesteres editoriales, tiene raíz en Valdefresno. Está a punto de acabar una trilogía.