A Rosabel Berrocal García (Gijón, 1953) la conocen como "tu tía" en el mundo de los Festejos. "Tu tía tienme loca la cabeza. Me pide ahora esto, luego lo otro...", decía siempre Octavio, el carpintero del Teatro Jovellanos. Y "tu tía" le quedó a esta mujer "multifunción, impulsiva, inquieta y con enorme poder de imaginación", como la definen sus compañeros. Su cargo oficial es realizadora de producción de Divertia, que en la práctica quiere decir organizadora de folixas. Todo lo que implique risas, magia, confeti y tradición lleva mucho sello suyo: el Antroxu, la Cabalgata de Reyes, el Festival de la Sidra, la hoguera de San Juan... Pero Rosabel, además de fiestera, es teatrera. Lleva subida a las tablas desde que tiene consciencia. Fue "Telón de fondo", que fundó su marido Xulio Vigil en 1973, la compañía que la consagró como artista. En octubre se jubila -por eso en el último carnaval los antroxeros le dedicaron un pequeño homenaje-, pero quienes la conocen saben bien que no parará.

"Le van a faltar horas", confiesa su amiga y compañera de trabajo Rosana Pérez. "Le gusta mucho leer, va a nadar al Grupo, asiste a clases de inglés, hace viajes... Y tiene cuatro nietos. No para". Los pequeños son ahora su gran pasión y en ellos volcará toda su capacidad como organizadora de eventos. Montar fiestas caseras son ideas que rondan por su cabeza. De todos los festejos que se celebran en Gijón, Rosabel Berrocal cuida "como si fuesen sus hijos" de los Reyes Magos, las sardinas del Carnaval y el festival de la Sidra. Pero de los tres, el que más satisfacción le genera es la cabalgata.

Hasta hablando, Rosabel Berrocal es puro teatro. Se enganchó a la interpretación a través de dos programas radiofónicos, "El teatro en el aire" y "Teatro en las estrellas", cuando era sólo una niña. La pequeña Rosabel ya montaba sus propias funciones en el portal de casa e incluso cobraba entrada. En el colegio y en el instituto siempre participó en obras de teatro. En ese camino hacia los escenarios, su primera compañía fue "La máscara juvenil". Entre actuación y actuación comenzó a estudiar Medicina en la Universidad de Oviedo, pero lo dejó dos años después al quedarse embarazada de su primera hija, Cristina -tiene otro hijo que se llama Miguel Ángel-. En 1974, su marido, trabajador de Ensidesa, creó "Telón de Fondo", compañía a la que perteneció durante más de veinte años.

Como actriz ha participado en infinidad de obras: "Cristóbal Colón" de Michel de Chelderode (1973), "El león enamorado" de Pilar Enciso y Lauro Olmo (1976), "Fantasía de amor y muerte" de Miel de Chlderode (1981), "Miel, pastel y un muñeco de papel" de Julio Castronuovo (1981)... Y lo mismo como directora: "El siglo de oro" (1977), "El más extraño idilio" (1979), "Fantasía de amor y muerte" (1981), "Nieve en el puerto" (1985), "Mayestix escontra Cuasimodo" (1989)...

Fue precisamente gracias a "Telón de Fondo" como empezó a colaborar con el Ayuntamiento de Gijón. Hasta entrar definitivamente en el equipo de Festejos. Su primera tarea fue organizar en 1991 el Antroxu de la ciudad y poco a poco fue sumando al calendario nuevas citas festivas, hasta hoy. Además de las tablas y las fiestas, esta gijonesa es una enamorada de los libros y de los viajes. Eso sí, de los tours por el mundo se encarga su marido Xulio o "Tuli", como le llaman sus nietos.

Quienes trabajaron con ella destacan su "grandísima imaginación" para sacar adelante el máximo número de proyectos aún contando con pocos recursos. Para Rosabel no existen los obstáculos; nadie ni nada le frena. Ni si quiera la edad: con más de 50 años se licenció en Psicología por la UNED. "Fue poco a poco, a su ritmo, luego nacieron sus nietos, pero lo terminó sacando", expresa Rosana Pérez, "vecina" de Rosabel en las oficinas de Divertia. "Para todos los que trabajamos con ella es nuestra tía", apostilla Pérez, en referencia a su mote.

A sus 64 años, la artista, directora y promotora gijonesa "está muy joven", afirma el que fuera gerente del Teatro Jovellanos, Miguel Rodríguez Acebedo, y con el que compartió tantos buenos momentos. "Ella tiene una fuerza de la leche. Es incapaz de aburrirse. Recuerdo que en los viajes que hacíamos siempre íbamos imaginándonos proyectos. El dinero nunca fue un problema. Gustábanos una idea y había que llevala a cabo", rememora Acebedo, que sentencia: "Rosabel no va a parar nunca, es pura inquietud". Así que queda "tu tía" para rato.