Sobrecogidos e incapaces de sobrellevar tanto dolor. Así se mostraron esta tarde en el acto de despedida de Paz Fernández Borrego celebrado en le tanatorio gijonés de Cabueñes los familiares y amigos de esta gijonesa asesinada a golpes el pasado mes de febrero. Con la esperanza de que se haga justicia y de que el que acabó con la vida de Fernández pague por ello (en este momento el único detenido por el caso es su amigo Javier Ledo), los allegados a la víctima le dieron el último adiós en una ceremonia en la que el tanatorio gijonés de Cabueñes se quedó pequeño.
Entretanto la Guardia Civil continúa las investigaciones a la espera de que el presunto autor de la muerte, Javier Ledo, pase el lunes a disposición de la magistrada titular del juzgado de primera instancia e instrucción de Luarca. La juez podría pedir el ingreso en prisión provisional del reo si se lo solicita previamente el representante de la Fiscalía que asista al interrogatorio. Los agentes encargados de la investigación del caso han vuelto a registrar hoy el piso del coañés arrestado, situado a apenas 50 metros de la pensión de Navia en la que se vio por última vez a Paz Fernández Borrego.
La gijonesa, que viajaba habitualmente con su caravana por Asturias, había acudido a esta localidad a ver a varios amigos. El propio Ledo explicó en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA que puedes ver en este enlace que el día del suceso dejó a Paz en la pensión a eso de las seis y que luego no supo más de ella. El coche de la víctima apareció aparcado a 10 kilómetros, la señal de su móvil se perdió en el bosque y el cuerpo sin vida de Paz Fernández Borrego fue localizado en el embalse de Arbón 22 días después de su desaparición.
(Una exnovia de Ledo: "Le tengo mucho miedo, es muy capaz de haberla matado")
Sus amigos recuerdan a Paz Fernández Borrego como una persona abierta y extrovertida. La gijonesa, madre de dos hijos, estaba siempre pendiente de su familia. Los mismos que ahora buscan consuelo y respuestas.
