"De no practicar, perdí mucho pulso". Florentino Mañana García, más conocido como "Tino el Roxu", ya avisa antes de agarrar la botella. Por si el escanciado se desvía más de la cuenta. Pero como en sus mejores tiempos, el hostelero naveto -69 años y ya sin su típico bigote- remanga las mangas de la camisa, coloca cinco vasos en el brazo izquierdo y otro más en la punta del zapato, y echa la sidra. Todo dentro, culinos para seis de un tirón y el público de la espicha "La Primer Sidre l'Añu" silba y aplaude.

Tino el Roxu, que regentó durante veinte años la popular sidrería de la calle Mieres, fue la persona homenajeada este año en el Muséu del Pueblu d'Asturies. "A mi llamaronme y todavía no sé qué voy a hacer. Si me mandan echar un culín, lo echo. Si me dicen que juegue a los bolos, también...", decía minutos antes del reconocimiento. Su figura fue glosada por el edil de Cultura, Jesús Martínez Salvador, quien dijo que Tino es "símbolo de la hostelería gijonesa". "Nos llena de orgullo que sea él el que este año eche el culín inaugural", indicó.

Y no sólo echó uno, sino unos cuantos. En vaso y en jarra; juntos y por separado. Dio una exhibición. "Empecé con 13 años y con 16 ya iba a concursos. Vi a un paisano de Sama de Langreo escanciando cuatro y cinco vasos a la vez y fui copiándolo un poquitín", rememoró. Su récord personal son once vasos: "Ocho los colocaba en los brazos, dos en cada pie y el último en un bastón que cogía por la boca. Llené de gente plazas". El popular hostelero recordó también ayer su paso por el llagar familiar o el restaurante del pabellón de la Expo' 92, entre otros tantos trabajos.