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Pilar Sánchez Vicente: "Mis novelas son reivindicación del papel de las mujeres"

La escritora gijonesa publica el próximo día 26 "Mujeres errantes", una historia sobre emigración e identidad con Cimavilla como escenario

La escritora Pilar Sánchez Vicente. MARÍA G. A.

La sexta novela de la escritora gijonesa Pilar Sánchez Vicente (1961) se ofrece como un homenaje a aquellas asturianas luchadoras que, durante los años sesenta sobre todo, tomaron el no siempre fácil camino de la emigración a Suiza. "Mujeres errantes", que sale bajo el sello Roca Editorial, estará en las librerías el próximo día 26. Dos días después se presentará en Cáceres. Y la autora estará el 8 de mayo en el hotel Asturias, en la plaza Mayor de Gijón, acompañada de la cantante Anabel Santiago (su familia y ella también saben de emigraciones), para hablar de una narración que le ha llevado tres años de escritura. "Una característica mía es la reivindicación del papel de la mujer en la historia, porque estamos ninguneadas", afirma.

Quienes han leído "Mujeres errantes", en la que Pilar Sánchez Vicente pone también el foco en el Cimavilla de los años veinte y treinta del pasado siglo, han puesto el énfasis en la fuerza de la novela. "Lo tiene todo", dice, por ejemplo, Elia Barceló. Laura Castañón elogia la "arquitectura" de la obra y la construcción de personajes. La conocida poeta nicaragüense Gioconda Belli habla de un libro que "se lee de un tirón" y que "pone de manifiesto las misteriosas conexiones que existen entre los seres humanos y los sueños que dan sentido a la vida".

"Mujeres errantes" tiene un núcleo seminal en Cimavilla, pero es una novela viajera. Y, como recuerda Gioconda Belli, habla asimismo de Nicaragua y del sacerdote-guerrillero asturiano Gaspar García Laviana, sandinista muerto en combate contra las tropas de Somoza.

"Conocí a Gaspar en los años setenta y me parece hermoso que Pilar lo recupere en esta historia donde viven de nuevo él y su poesía", añade Gioconda Belli. Entre los privilegiados que han podido leer el manuscrito de "Mujeres errantes" están también Rodrigo Cuevas y Maxi Rodríguez, entre otros. Dice el primero: "Me enganchó desde el primer capítulo; lectura francamente adictiva". Y el actor, dramaturgo, articulista de LA NUEVA ESPAÑA y algunas otras cosas más, señala: "Pilar lo ha vuelto a hacer; muy fan de la Chata Cimavilla y de novelas tan llenas de vida".

La novelista, que es historiadora de formación y archivera del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), explica que en la génesis de "Mujeres errantes" tuvo mucho que ver la audición de dos testimonios conservados de dos castizas de Cimavilla: la Tarabica y Chelo la Mulata, inolvidadas vendedoras ambulantes de pescado e inspiración de uno de los personajes fuertes de la narración: Julia, la Chata Cimavilla. Pilar Sánchez Vicente, con tía abuela pescadera, ya descubrió esos pliegues en su primera narración, "Comadres" (2001).

La novelista subraya, cuidándose de no explicitar la trama, que "Mujeres errantes" es la historia de tres mujeres capaces de luchar por sus sueños y anhelos; preguntas y respuestas que se hilvanan en una narración sobre Eloína Fernández, Julia y Greta, que es quien cuenta esta conjunción de vidas matizadas.

"Hay cambios respecto de mi anterior obra", indica Pilar Sánchez Vicente. En "Luciérnagas en la memoria" hablaba de la guerra civil española y del exilio; ahora de emigraciones y búsquedas. "Esta última es una novela mucho más cosmopolita y viajera", insiste. A la escritora gijonesa, autora de títulos como "La diosa contra Roma", se la ve satisfecha con su última historia: "La verdad es que me siento contenta". Siente la escritura como un "vicio" en el que es grato recaer: "Ya estoy con otra novela". La presentación la llevará de Madrid a Barcelona, Bilbao o Valencia.

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