"El hombre propone y Dios dispone". Con este refrán verbalizado por el párroco Javier Gómez Cuesta comenzó ayer en la Iglesia de San Pedro Apóstol la eucaristía de Acción de Gracias para Cofrades y Hermanos de Penitencia de la Semana Santa gijonesa. Gómez Cuesta quiso de esta forma quitar importancia al mal tiempo que impidió salir a cuatro de las siete procesiones semanasanteras de Gijón. "No salieron a la calle, pero la procesión tiene que ir por dentro", analizó el párroco, "lo que cuenta es el trabajo que todos habéis hecho, para que todo saliera de la mejor forma posible".

En la eucaristía Gómez Cuesta incidió especialmente en la necesidad de "expansionar la alegría y fuerza de la Semana Santa, la celebración culmen de la Iglesia, durante todo el año. Si no, no vale para nada". También valoró de los cofrades su "gran vinculación con la parroquia", su "honda vida espiritual" y su "compromiso social fuerte" y les pidió "transmitir esas vivencias, ese espíritu de las cofradías a quienes no lo viven con tanta intensidad".

Para finalizar, el párroco pidió, de cara al año próximo "que haya más suerte con el tiempo y si no, trabajar con el mayor de los entusiasmos en preparar un plan alternativo".

Y es que precisamente el mal tiempo fue por desgracia el gran protagonista de la Semana Santa gijonesa. "Hacemos una valoración agridulce", confesó Ignacio Alvargonzález, presidente de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales, "fue la Semana Santa más accidentada desde que la recuperamos en 1995. De siete procesiones tuvimos que suspender cuatro. Eso nunca había pasado, el año que más se suspendieron fueron dos", se lamentó.

Sin embargo, "los días que pudimos salir a procesionar, vimos más gente que nunca, sobre todo el Domingo de Resurrección". Por ello, "notamos un gran apoyo, el calor y la presencia creciente de la gente, incluso los días que no pudimos salir, que había mucha gente en la iglesia y alrededores". Alvargonzález asegura que "nos gratifica y reconforta saber que la salida de los pasos a la calle suscita interés y seguimiento. La gente tenía ganas de salir a la calle".

La mayor novedad de esta edición fue la salida, el Domingo de Ramos, de un paso en miniatura portado por los más pequeños. "Fue una pena que no pudiera procesionar por el mal tiempo", explicó Alvargonzález, ya que tuvieron que hacer un breve recorrido por el interior de San Pedro, "cada vez más niños que se van incorporando al día a día de las cofradías y hermandades y disfrutando de las procesiones".

Y ese es precisamente uno de los retos de la Semana Santa gijonesa. "La vida de las cofradías y las hermandades en Semana Santa tienen un aspecto de camaradería, porque la gente solo ve cuando salimos a la calle, pero esa semana estamos en contacto todo el día, trabajando, preparando. Todo eso atrae a la gente joven", resume Alvargonzález.

En cuanto a la petición de Gómez Cuesta de buscar algún tipo de alternativas, Alvargonzález adelanta que "es complicado pero alguna cosa pensaremos", sobre todo en cuanto a "plantearnos buscar recorridos alternativos más cortos o que las imágenes salgan al Campo Valdés". Sin embargo, el cofrade quiso dejar claro que "decidir no sacar una procesión es complicado y a nosotros es a los que más nos duele. Sin embargo, aunque sea doloroso, son decisiones que hay que tomar".