Los tres ultras del Real Sporting, dos hombres y una mujer, procesados por la agresión a dos agentes de la Policía Nacional antes de un partido en El Molinón contra el Deportivo de La Coruña han llegado a un acuerdo con el Ministerio Fiscal y la acusación particular para eludir su entrada en prisión a cambio de no delinquir en los próximos años y otra serie de medidas que el juez dará a conocer en ejecución de sentencia.

De esta forma, la única mujer procesada en este caso ha aceptado un año de cárcel por un delito de atentado contra agente de la autoridad y otros seis meses más por un delito de lesiones. Además deberá abonar 6.000 euros en concepto de indemnización por los daños causados a la agente de policía que agredió y un tercio de las costas del procedimiento, incluidas las de la acusación particular. El segundo implicado, de 24 años, ha aceptado seis meses de cárcel por un delito de desobediencia mientras que el tercer implicado ha aceptado un año de prisión por el delito de atentado contra agente de la autoridad y 300 euros de multa por un delito leve de lesiones.

Según el relato del Ministerio Fiscal, sobre las 11 de la mañana -el partido se disputó a las 12- dos agentes de la Policía Nacional observaron cómo uno de los acusados, de 24 años, "originaba un altercado con aficionados del Deportivo" en un bar de la avenida de El Molinón para después emprender su huida junto a otros ultraboys. Tras ellos fueron los dos agentes, vestidos de paisano, y les dieron el alto en el parque de Isabel La Católica. Los policías se identificaron tanto verbalmente como mediante la exhibición de sus placas y carnés profesionales logrando identificar a cuatro de ellos. Mientras procedían a la identificación "de parte de los integrantes de 'Ultra Boys'" apareció el primer acusado "negándose a entregar su documentación y tratando de zafarse para continuar la huida". Pero se lo impidió una de las agentes intervinientes.

Acto seguido apareció en escena una joven de 21 años, procesada en esta causa, que gritó a la agente "a este no le toques" -en referencia al otro joven de 24 años- para después propinarle dos puñetazos en la cara, agarrarla del pelo y tirarla al suelo. En el momento en que el otro agente acudió en auxilio de su compañera, éste recibió un puñetazo en la parte posterior de la cabeza -esquivó otros dos- provenientes del tercer procesado, de 39 años. Según el relato de la acusación particular, ejercida por la letrada Sylvia Garrido Galindo en representación de la agente herida, "la situación llegó a tal extremo que, viendo que se acercaban más ultras en actitud hostil y temiendo por su integridad el agente tuvo que sacar su arma reglamentaria apuntando al suelo a fin de evitar más agresiones".

En ejecución de sentencia se conocerán las medidas, además de la obligatoriedad de abonar la responsabilidad civil a sus víctimas, para evitar su ingreso en prisión.