Víctima y acusado no sólo habían mantenido discusiones frecuentes entre ambos. Una de ellas la llevaron incluso por la vía judicial. Ocurrió en 2012, cuando el agredido -que responde a las iniciales A. A. V., tiene 54 años y permanece ingresado en Cabueñes- interpuso una denuncia por amenazas e insultos tras otro desencuentro entre ambos, como el protagonizado la noche del pasado martes. Entonces no llegó la sangre al río pero evidencia que la mala relación entre ellos no es nueva. Así lo pusieron de manifiesto varios testigos presenciales, vecinos también de la zona, cuando relataron lo ocurrido a los agentes intervinientes. Las desavenencias eran frecuentes y llevaban ya varios años con discusiones y desencuentros por nimiedades de todo tipo. Es más, la noche de autos, el apuñalado, al ser increpado por su atacante, le llegó a decir algo así como "déjame en paz que hoy estoy aquí tranquilo y no quiero discutir" antes de que éste le sacase fuera del establecimiento.

Pero la experiencia de ser detenido por la policía, estar alojado en los calabozos y tener que declarar ante un juez de instrucción no es una experiencia nueva para este vecino del barrio gijonés de La Calzada de iniciales A. M. B. y 57 años de edad. A ese conflicto de 2012 con su actual víctima hay que sumar una larga lista de antecedentes de todo tipo. A las lesiones y amenazas hay que sumar episodios de malos tratos físicos dentro del ámbito familiar y también delitos contra la seguridad del tráfico. Es por ello que el Ministerio Fiscal, de entre sus argumentos para solicitar el ingreso en prisión preventiva, hablase de "reiteración delictiva". No obstante, tras este incidente, podría ser la primera vez que deba hacer frente al cargo de homicidio en grado de tentativa si una vez concluida la instrucción se le acusa de ese delito. Todo dependerá también de la evolución del gijonés agredido, que trata de recuperarse de las heridas en el cuello que le provocó el ataque con el cuchillo tras la última discusión entre víctima y acusado.