Arrepentido y apesadumbrado por los acontecimientos. Así declaró ayer ante la jueza de instrucción A. M. B., el gijonés de 57 años acusado de apuñalar a un vecino de La Calzada en una cafetería del Camino de Rubín, en El Cerillero la noche del pasado lunes. Ofreció su versión de los hechos, reconoció la discusión previa surgida entre ambos y que fue él quien empuñó el cuchillo que seccionó la yugular de su víctima. Pero con un matiz importante, lo hizo en defensa propia y porque el otro -A. A. V., de 54 años y que permanece ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Cabueñes por la gravedad de la herida- esgrimió una barra de metal.

Una explicación que no evitó que haya pasado esta noche recluido en el Centro Penitenciario de Asturias. Y así será en lo sucesivo, al menos de momento, después de que ayer se decretase, tras petición de la Fiscalía, su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por la gravedad de los hechos que se le atribuyen. En concreto, un delito de homicidio en grado de tentativa, según dicta el auto judicial emitido ayer por la magistrada Belén García Iglesias.

Las últimas palabras que A. M. B. pronunció ayer ante la jueza instructora fueron para decir que se arrepentía de haber sido el responsable de causarle la grave herida en el cuello a la víctima de este suceso que perturbó la tranquilidad de la zona de El Cerillero. El acusado quiso declarar a su llegada al Palacio de Justicia, donde se entrevistó durante varios minutos con el abogado que le correspondió por turno de oficio, y colaboró para dar su versión de los hechos, incidiendo en la legítima defensa. Lo hizo pese a haberse acogido a su derecho de no hacerlo horas antes, en la Comisaría. No obstante, allí sí permitió de forma voluntaria que se procediese al registro de su domicilio, en el mismo en el que fue arrestado a las 00.30 horas del martes, tras la supuesta comisión de los hechos. En ese momento no se le intervino ningún arma entre sus pertenencias y se había cambiado de ropa, a juzgar por la vestimenta con la que se encontraron los agentes allí personados y la descripción ofrecida por los clientes que estaban en la cafetería La Fama en ese momento.

La prioridad de los agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana y de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev), encargados de la investigación, era encontrar el objeto punzante con el que asestó la puñalada. En la tarde del martes se practicó el registro de su domicilio, en presencia de una abogada de oficio, y allí se encontró un cuchillo de monte. Estaba escondido en el interior de un armario de la cocina, dentro de su funda y con restos visibles de sangre, por lo que agentes de la Policía científica se hicieron cargo de él para someter esas manchas de sangre a examen y poder determinar así si coinciden o no con la sangre de la víctima. Los agentes desplazados hasta el barrio de La Calzada también aprehendieron en la vivienda las prendas de vestir -de corte militar- y las zapatillas deportivas que calzaba en el momento de la agresión.

Todo lo intervenido estaba lavado. Es más, la ropa todavía seguía húmeda cuando los agentes accedieron al interior del inmueble. La cazadora de camuflaje, por ejemplo, estaba en el interior de la lavadora mientras que el pantalón vaquero, su dueño, lo había dejado dentro de la bañera, completamente mojado. Cabe recordar que la policía llamó a su puerta solo unas pocas horas después de producirse el suceso, tras identificarle como sospechoso gracias a los datos recabados "in situ" por los testigos presenciales. Un espacio de tiempo suficiente que permitió al acusado lavar las pertenencias que vestía en el momento en que entró con un cuchillo en la cafetería de El Cerrillo. Lo que no había pasado por remojo todavía -además de las gafas oscuras con las que fue visto- eran sus zapatillas deportivas, en las que sí se apreciaron varias gotas de sangre y que fueron intervenidas, también con destino a la Brigada de la Policía Científica. Todo lo obtenido en la tarde del martes -junto a la toma de declaraciones- se incorporó a las diligencias pertinentes remitidas al juzgado de instrucción.

Los agentes, una vez en Comisaría, constataron que el implicado en el apuñalamiento tenía antecedentes de todo tipo, desde delitos de lesiones hasta malos tratos en el ámbito familiar. Incluso, -tal y como ya sospechaba la policía por sus pesquisas- que la víctima le había denunciado por amenazas e insultos varios hacía algunos años. Cierto es que ya los testigos calificaron como frecuentes estos desencuentros entre los dos implicados, incluso que iban alternando hasta el origen de esas discusiones. Dependiendo de la ocasión. Estas versiones deberán ir corroborándolas ahora los propios testigos a lo largo de la fase de instrucción del caso en el juzgado.

Por otro lado, la víctima -cliente habitual de la cafetería, muy conocido en la zona y de buen trato, según confirmó el hostelero a este medio- continúa en estado muy grave en el Hospital de Cabueñes. Allí fue trasladado por los servicios sanitarios e intervenido de urgencia del corte que le produjo el cuchillo en la parte lateral izquierda del cuello, muy cerca de la yugular. Debido a la gravedad se encuentra ingresado en la unidad de cuidados intensivos con exhaustivo control médico.De su recuperación dependerá también los cargos a los que deba enfrentarse con posterioridad el acusado, que ayer ya pasó su primera noche en prisión.