Un joven de 24 años y con múltiples antecedentes, de todo tipo, ha vuelto a ser arrestado por la Policía Nacional. En este caso por traficar con hachís en el barrio de La Calzada según lo denunciaron sus propios vecinos, que sospecharon que se el joven se dedicaba a esta actividad ilícita en la zona de El Cerillero.

La policía inició una investigación a raíz de las informaciones recibidas por parte de varios vecinos de la zona, que sospechaban que el joven pudiese estar dedicándose a distribuir hachís. Agentes de la Unidad de Prevención y Reacción localizaron al sospechoso el pasado viernes y tras ser identificado se le cacheó.

En el registro de sus pertenencias se intervino una tableta de hachís de unos 100 gramos de peso, en el bolsillo de su pantalón, y más 665 euros, la mayoría del dinero en billetes de 20 euros y de 5 euros que guardaba en el interior de la ropa, en contacto con la piel. El detenido tenía antecedentes por malos tratos, lesiones y delitos contra el patrimonio.

Un caso similar de denuncia vecinal

No es la primera vez que gracias a una denuncia vecinal se logra arrestar a vendedores de droga en Gijón. La pasada semana, por ejemplo, la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias juzgó a un gijonés de 50 años que estaba acusado de un delito contra la salud pública por distribuir cocaína en la zona de El Lauredal. El procesado reconoció los hechos y aceptó tres años de cárcel y el pago de una multa de 2.500 euros por estos hechos, que también fueron puestos en conocimiento de la Policía Nacional por parte de los vecinos.

El ahora condenado fue detenido por la policía tras una exhaustiva vigilancia a raíz de una denuncia vecinal en el mes de junio del año pasado. Fueron ellos quienes sospecharon que éste podría estar dedicándose al tráfico de droga. Fue por ello que la Policía Nacional inició una investigación que permitió constatar que desde el mes de abril de 2017, al menos, se dedicaba a traficar a pequeña escala para consumidores cercanos a su domicilio. De esta forma los agentes interceptaron a dos de sus clientes justo después de encontrarse con el hoy acusado. En los dos casos incautaron sendos envoltorios que tras su necesario análisis resultó ser cocaína en cantidad superior a los cuatro gramos. Ante estas evidencias, el gijonés de 50 años acabó detenido y se solicitó al juez el registro de su domicilio en la zona de El Lauredal. Allí se encontraron diversas sustancias estupefacientes.