Del amor al robo y el delito. Es el paso que ha dado un hombre de 37 años de edad y vecino de Gijón después de ser detenido por robarle numerosas joyas a su pareja sentimental, de 40 años, y también vecina de la ciudad. Una de las piezas de las que supuestamente se apoderó, tenía un valor superior a los 10.000 euros y estaba guardado en el interior de varios efectos en una habitación infantil. Pero la lista de abalorios desaparecidos es mucho mayor.

El anillo estaba guardado en una habitación infantil con otros efectos y eso hizo centrar las investigaciones en personas del entorno de la víctima, puesto que la joya no estaba oculta en un lugar habitual en el que los autores de los robos suelan revisar. A ello hay que sumar que la entrada a la vivienda no estaba violentada ni había indicios de forzamientos de ningún tipo. Todo ello desembocó finalmente en que el autor del robo debía ser una persona con fácil acceso a la casa.

Las pesquisas policiales llevaron hasta la pareja sentimental de la víctima del robo. Un hombre de 37 años y con antecedentes policiales por delitos de estafa y otros robos que acababa de mudarse a vivir con su nueva novia. Convivía con ella desde hacía pocos meses, según constataron los agentes investigadores.

Una vez que la mujer descubrió que faltaba ese anillo indagó entre sus pertenencias para asegurarse de que todo estaba en orden y hacer inventario. Pero se percató de que además de esa pieza, el que hasta entonces era su pareja sentimental se había apoderado de unos gemelos de oro, otros anillos, sortijas, un alfiler, cadenas y varios pendientes. Todas esas piezas sustraídas de forma ilícita las había vendido después en un establecimiento de Gijón.

Los trabajos policiales, además de detener al responsable de los hechos, sirvieron para recuperar el anillo de los 10.000 euros, que además del valor económico tenía también un valor sentimental puesto que era el legado de una herencia familiar, Los agentes pudieron devolvérselo a su legítima propietaria.