La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, ha condenado a 30 años de cárcel al hombre acusado de abusar sexualmente de una niña gijonesa de 12 años de edad, y con "inteligencia límite" a la que conoció por Internet.

El hombre, de 51 años y vecino de Barcelona, se ganó la confianza de la menor tras contactar con ella a través de un chat de Internet, en el año 2014. Tras ello, viajó en tres ocasiones desde la ciudad condal hasta Gijón para mantener relaciones sexuales con la menor. Ahora, la Audiencia Provincial le condena a 30 años de prisión, 10 por cada por cada uno de los tres delitos de abusos sexuales de los que estaba acusado, tras considerar probado que el hombre abusó de la menor sin emplear la fuerza en hasta tres ocasiones, en sendas visitas a la ciudad asturiana a lo largo de 2014.

La Fiscalía solicitaba para el encausado un pena de 37 años y 9 meses de cárcel, además de el pago de casi 9.000 euros en concepto de multas e indemnizaciones en concepto de multas e indemnizaciones.

Los hechos descritos por el Ministerio Fiscal tienen su origen en junio de 2014, cuando el procesado utilizó la plataforma digital "chatgratis" para contactar con la niña de 12 años, una menor "que presenta una inteligencia rozando el límite", según estima el ministerio fiscal en su escrito de acusaciones.

Poco a poco logró ir ganándose su confianza, pero, tras sucesivos contactos en los que la invitó a que fue a verle a Barcelona, lugar de residencia del acusado, se desplazó él finalmente a Gijón. Era el 26 de julio de 2014 y concertó una cita con ella en un prado de las inmediaciones de la estación de tren del barrio de La Calzada. Allí ocurrió el primer episodio de abuso sexual perpetrado, eso sí, sin emplear fuerza ni violencia, según la Fiscalía. En agosto de 2014 volvió de nuevo a esta ciudad y reiteró nuevamente los mismos hechos. El tercer encuentro entre ambos se produjo el 2 de diciembre de 2014. El procesado volvió a Gijón y se llevó a la niña a una pensión donde mantuvieron relaciones sexuales "sin emplear fuerza ni violencia como en las ocasiones anteriores", sostiene el Ministerio Público.

Pero tras este encuentro todo se precipita al pedirle a la niña que dejase la casa de su padre y se fuera con él a vivir a Barcelona. Ella, sorprendida, contó a una tía suya lo sucedido. Rápidamente su tía puso en antecedentes al padre de la menor que se apuró a denunciar los hechos al día siguiente. Días después, el ahora procesado llamó por teléfono al padre de la niña y le amenazó diciendo "ya puedes salir a la calle con guardaespaldas", por lo que también afronta el cargo de un delito de amenazas. El relato fiscal sostiene que la menor "no ha presentado secuelas de momento" por estos episodios, lo que no excluye -advierte- de "que puedan aparecer en el futuro, afectando a su vida sexual, social y afectivo emocional".

El fallo, contra la que cabe recurso de casación ante el Supremo, le absuelve de los delitos de amenazas al padre de la menor y contra la Administración de Justicia de los que también estaba acusado.

La sentencia también le condena al pago de una indemnización de 4.000 euros y le impone la prohibición de acercarse al municipio de Gijón y de comunicarse o acercarse a la víctima a menos de 500 metros