La Policía Nacional dispone de un centenar de grabaciones de cámaras de seguridad y de teléfonos móviles que llevaron a la detención de los cinco acusados de protagonizar un violento altercado neonazi en un bar de la calle Óscar Olavarría, en el barrio de Cimavilla. Los agentes han conseguido, gracias a la labor de recopilación de pruebas que se llevó a cabo horas después del suceso, identificar a casi todos los participantes en la trifulca por lo que no se descarta que en los próximos días se produzcan nuevas detenciones. No en vano se cree que en la violenta trifulca participaron al menos ocho radicales relacionados con el grupo Ultra Boys.

El juzgado de guardia envió el pasado miércoles a prisión a tres de los cinco detenidos (los únicos que tenían antecedentes penales). A pesar de que en los últimos años a los miembros de este grupo de aficionados radicales del Sporting se les ha detenido en varias ocasiones por altercados frente a seguidores del Sevilla y del Génova o por agredir a personal de seguridad del estadio de El Molinón, esta es la primera vez que el juzgado de guardia ha enviado a prisión a hinchas de este grupo. En la decisión de la magistrada que hizo que Illán M. A., A. F., G y L. M. G. G. durmieran el pasado miércoles en la prisión de Asturias, pesó (tal y como indican fuentes cercanas a la investigación del caso) el "buen trabajo" de identificación realizado por los agentes, al que habrían contribuido los vídeos de los testigos de los hechos y de las cámaras de seguridad del entorno del bar en el que se produjeron, en el Barrio Alto de la ciudad.

Según estas mismas fuentes las primeras imágenes que recogen la presencia de los ultras en Cimadevilla fueron tomadas por una cámara de las que vigila los accesos al barrio a eso de la una y media de la madrugada. Apenas faltaban unos minutos para que se produjera el violento ataque. Al parecer los radicales habrían pasado debajo de esa cámara cubriéndose el rostro con pasamontañas y capuchas. Pero poco después bajaron la guardia, lo que permitió su identificación.

No obstante, la Policía Nacional sigue demandando la colaboración ciudadana para hacerles llegar cualquier tipo de material que les pueda ser útil en la investigación. No en vano, los agentes tienen muy avanzadas las identificaciones del resto de radicales, que podrían ser detenidos en las próximas horas.

Únicamente faltaría recabar pruebas e indicios que permitiesen confirmar unas identificaciones que, aseguran, están "muy perfiladas". De hecho, el pasado miércoles, aprovechando que un nutrido grupo de jóvenes acudió a las inmediaciones del Palacio de Justicia para testimoniar su apoyo a los cinco detenidos mientras declaraban en sede judicial, una unidad de la Policía Nacional procedió a identificar a los presentes, en parte como una pata más de la investigación que están llevando a cabo.

Por su parte, los tres acusados para los que la jueza Ana López Pandiella decretó prisión provisional comunicada y sin fianza pasan sus primeras horas en el Centro Penitenciario de Asturias, en la unidad de ingresos. Ayer fueron visitados en prisión por su abogado, el letrado gijonés Guillermo Calvo, quien aseguró que se encontraban "bien, tranquilos". Se estima que los tres acusados serán ingresados en módulos distintos de la prisión. Los otros dos detenidos, D. B. Q. y J. M. G. quedaron en libertad con la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes, y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros al bar y sus inmediaciones, tras ser acusados de desórdenes públicos. Ahora será el Juzgado de Instrucción número 3, el que estaba de guardia en la fecha en la que se produjeron los hechos, quien continúe con la instrucción del caso, tras inhibirse la magistrada del número 4.