Subir "moderadamente" las cuotas de los socios, buscar nuevos patrocinadores, apostar por las nuevas tecnologías y aumentar la oferta de cursillos. Esas son las fórmulas de Antonio Corripio para compensar la pérdida millonaria que supone vetar la entrada a nuevos asociados en el Real Grupo de Cultura Covadonga. Ahora son 38.967, tantos como habitantes tiene Mieres. En 2017 sólo se produjeron 183 altas de hijos y cónyuges. Pero el número sigue siendo alto, según el presidente del club: "El Grupo está masificado y nuestra misión es desahogarlo". Pese al agotamiento de la principal vía de ingresos, la junta directiva de Corripio logró cerrar las cuentas del año pasado con un beneficio de 118.000 euros, que toman con "cautela". "Es fruto de una gestión eficiente, pero tenemos que seguir creciendo y aprender a gastar mejor", resume.

Antonio Corripio llevará a la asamblea ordinaria de esta tarde -a partir de las 18.30 horas en el recinto ferial Luis Adaro- la memoria financiera y de actividades de 2017, además del presupuesto para este año de 11,37 millones. El presidente de la entidad planteará una subida de las cuotas de entre 45 céntimos y 1,69 euros para este curso. "Al no dejar entrar a nuevos socios, tenemos que soportar las instalaciones los que estamos dentro. Son cantidades asumibles", afirma. Sin embargo, sus críticos podrían no verlo así y tumbar su proyecto económico en la votación de hoy, como ya pasó en la primera asamblea de 2017. De hecho, un grupo de socios acaban de crear una plataforma para exigir "mayor transparencia", aunque, dicen, "no vamos contra Corripio".

Otra de las fórmulas que pondrá sobre la mesa la actual junta directiva para aumentar los ingresos de la entidad será impulsar nuevos cursillos. Este verano se hará una prueba con varias modalidades del fitness para equipararse al resto de gimnasios de la ciudad. "La idea es que el socio tenga un bono y sin fijar un horario pueda ir a las clases que quiera dentro de esta rama; no sólo a spinning, por ejemplo", explica Antonio Corripio, que pretende también aumentar la actividad de la sede de Begoña. Por otro lado adelanta que su objetivo es seguir usando la plataforma de compras Nessmeeting, que "empezó a finales de 2017 y se ha consolidado como una herramienta clave que ha supuesto ahorros en la gestión". "Queremos trasladar una línea de equilibrio y de estabilidad institucional. Es nuestra seña de identidad", apunta.

Echando la vista atrás, Antonio Corripio opina que el objetivo de fomento de la práctica deportiva "lo cumplimos de largo" en 2017. Como prueba, el dato de cursillistas: 7.102, récord absoluto para la entidad. A este número hay que sumar otros: 510 cursillos de 45 actividades diferentes y 2.773 deportistas federados. En el terreno de obras, el año pasado se actuó en el campo de hockey, en las pistas cubiertas de tenis y en el acristalamiento de la sala de ajedrez. Pero el gran salto del pasado curso se dio con la compra total de la finca "La Torriente" -9.466 metros cuadrados anexos al club-, que permitirá diseñar "el Grupo del siglo XXI". A lo largo de este año se elaborará el plan director, en el que Corripio quiere involucrar a todos los socios.