Alguno de los integrantes del Observatorio contra la violencia, organismo de reciente creación, saben bien de lo que hablan. Es el caso de Sergio González Muñiz, representante del sindicato CSI y seguidor habitual del Unión Club de Ceares, que suma, al menos, tres condenas firmes por delitos violentos. Desde atentar contra los derechos contra los trabajadores a los desórdenes públicos. Incluso fue condenado por el asalto a un bar en el barrio de La Calzada, precisamente un incidente muy similar (pero con el carácter ideológico inverso) al ocurrido el pasado 8 de abril en Cimavillay que originó la creación de esta plataforma integrada por una treintena de entidades como grupos políticos, asociaciones vecinales y también diferentes clubes deportivos.

Hace apenas tres años la Audiencia Provincial de Asturias le impuso a González Muñiz el pago de 5.400 euros por un delito contra los derechos de los trabajadores después de participar en un piquete con motivo de una huelga en Arcelor en 2012; él y otros cuatro implicados coaccionaron a un empleado. "No entendí que mi detención y condena en el contexto de una huelga general fueran incompatibles con el deseo de vivir en un Gijón libre de violencia ultra", justifica el joven. Pero hay más penas y lejos de un contexto de huelga.

Fue condenado en 2009 por participar en una revuelta contra una concentración autorizada de Democracia Nacional que finalizó con una carga policial y con un agente de la Guardia Civil herido. En ese caso se le atribuyó un delito de faltas contra el orden público y todo se saldó con el pago de multas de entre 150 y 420 euros. Incluso se vio implicado en un ataque a un bar de La Calzada.

Segio González Muñiz anunció ayer que no volverá a presentarse a ninguna reunión del Observatorio. "Gijón necesita acabar con la violencia organizada y además creo con firmeza que la única forma es hacerlo mediante la organización de la sociedad civil y de forma pacífica, aunque reconozco que siendo más joven no pensaba de esa forma", explica en relación a estos episodios.