La manifestación del Primero de Mayo convocada por los sindicatos minoritarios se inició ayer frente a la Casa Sindical, en lugar de la tradicional salida desde la plaza de El Humedal, como reivindicación por parte de CSI, CGT y CNT de la defensa del edificio que actualmente ocupan estas tres centrales, junto a CC OO y a unas oficinas de empleo del Principado.

Los minoritarios consideran que el inmueble es un símbolo del movimiento obrero, parte de la memoria histórica de Gijón y una obra arquitectónica del Movimiento Moderno que se debe proteger. Además, resaltan que el inmueble no tiene problemas estructurales, sino simplemente le falta "adecuado mantenimiento", por lo que sólo necesita "una buena intervención de conservación", menos costosa que un derribo y una nueva edificación. Un conocido arquitecto gijonés, que a petición de estos sindicatos inspeccionó el edificio hace unos años, confirmó esa ausencia de problemas estructurales.

El manifiesto en defensa de la Sindical, que leyó al inicio de la manifestación la historiadora del arte Laila Bermúdez, resalta que el edificio es "un símbolo", recordando que "éste ha sido lugar de reunión del trabajador durante bastante más de un siglo. De reunión, de reivindicación y de solidaridad", en referencia a la antigua Casa del Pueblo promovida por 32 sociedades obreras en 1916. Aquel inmueble fue confiscado durante la Guerra Civil y demolido en los años 60 del siglo pasado para construir el actual. La obra de la Casa Sindical se financió con fondos que el régimen detrajo de los salarios de los trabajadores, la denominada cuota sindical obligatoria.

Los sindicatos cargaron las tintas en su manifiesto contra el grupo municipal de Ciudadanos, a pesar de que éste acabó retirando la propuesta que iba a llevar al pleno municipal para plantear el derribo del edificio. Una propuesta que para las centrales responde a la pura "especulación inmobiliaria", ligada a la inversión en "edificios de gran lujo" en el Solarón, terreno situado frente a la Casa Sindical.