El consejero de Educación del Principado, Genaro Alonso, ha defendido esta mañana que la consejería de Educación "no tiene competencia ni atribución alguna" para intervenir en el caso del colegio San Miguel -en el que se investiga una supuesta relación entre una profesora de 34 años y un alumno, menor de edad, de 15 años- al tratarse el centro de un colegio privado-concertado. "Si algún ilícito hubiere corresponde al fiscal iniciar acciones de parte por oficio o por denuncia, pero en ningún caso la consejería tiene potestad para intervenir ante cualquier ilícito posible de la enseñanza privada como es el caso", ha explicado Alonso en los pasillos de la Junta.

El centro educativo, dependiente del arzobispado de Oviedo, apartó el viernes a la profesora de sus labores habituales después de tener conocimiento de estos hechos el jueves, 17 de mayo, después conocer el testimonio de algunos profesores que veían actitudes anómalas entre el alumno y la docente. Primero se entrevistó con la docente, vinculada desde hace años al centro, y con el menor de edad, al que en ningún momento llegó a dar clase. Ambos ofrecieron versiones distintas de los hechos. Acto seguido se activaron los mecanismos a su alcance y pusieron en conocimiento de Inspección Educativa toda la información de la que disponen actualmente y cuentan con el apoyo de la asociación de padres y madres. En principio, la dirección contaría ya con algunos indicios de que algo pasó entre ambos, a la vista del relato del joven.

Distintas versiones

La profesora investigada ha negado en todo momento cualquier vínculo con el menor de edad y achaca las sospechas a un enamoramiento por parte del alumno que, por su parte, habría reconocido los hechos aportando datos que podrían confirmar la veracidad de los indicios. Por el momento, los tutores legales del adolescente no han presentado denuncia por estos hechos que, de demostrarse como ciertos, podrían constituir un delito de abuso sexual, al tener uno de los protagonistas menos de 16 años.

Desde el primer momento, la dirección del centro vio necesario apartar a la profesora de sus funciones diarias para evitar situaciones incómodas mientras se investigan los hechos. Una decisión que se hizo efectiva el pasado viernes y que paulatinamente se ha ido comunicando a los padres de los alumnos que tenía a su cargo como tutora. El colegio trabaja el asunto "con la debida cautela y discreción, pensando siempre en el bien del alumnado", asegura el director.