El jurado popular se ya encuentra deliberando. Los nueve ciudadanos (cinco mujeres y cuatro hombres), decidirán en las próximas horas la culpabilidad o no de Celestino G. V., el único acusado por la muerte, en marzo de 2016, de la gijonesa Silvia Hernández.

"Juro por Dios y por mi hija, que es lo que más quiero, que todo lo que dije y dijo mi abogado es verdad", enfatizó el acusado en el turno de la última palabra, donde aseguró que está intentando recuperarse de sus adicciones al alcohol y las drogas. "En estos dos años y pico que llevo en la cárcel, sin alcohol, pienso en la vida tan desgraciada que llevábamos antes", lamentó Celestino G. V.

Fueron las últimas palabras que escucharon los jurados antes de retirarse a deliberar. Antes, durante toda la mañana, las partes (Fiscalía, Abogacía del Estado, acusación particular, acusación popular y defensa) expusieron su alegato final.

En él, las cuatro primeras (todas menos la defensa) incidieron en la culpabilidad del acusado, haciendo especial hincapié en la inverosimilitud del relato de los hechos realizado por Celestino G. V. y, especialmente, en la situación de violencia de género que sufría la fallecida. "Silvia no muere, a Silvia la asesinan como último acto de control y dominación que ejercía sobre ella Celestino", aseveró Andrea Rodríguez, abogada de la acusación popular que solicita para el acusado la pena de prisión permanente revisable (así como hace la acusación particular) por un delito de asesinato con agravante de parentesco y desprecio de género y en una situación de especial vulnerabilidad fundamentada en el 70% de discapacidad mental que tenía la fallecida. Fiscalía y Abogacía del Estado solicitan penas de 22 años de prisión por un delito de homicidio con agravante de parentesco y desprecio de género.

Por su parte, el abogado de la defensa, Enrique Lamadrid, intentó en un extenso alegato final, desmontar las teorías relatadas por las otras partes, defendiendo, como hiciera su representado en el primer día del juicio, que las lesiones se produjeron en un forcejeo y no de manera intencionada, alegando que "si hubiera querido matarla, le hubiera clavado los 22 centímetros de cuchillo y se hubiera desecho de él, no lo hubiera dejado en casa". El letrado insistió en solicitar para su cliente la libre absolución.

Serán los miembros del jurado quienes determinen la culpabilidad o no de Celestino G. V. y, si fuera el caso, si los hechos son constitutivos de asesinato u homicidio, entre otras cuestiones.