Las telas de colores no sólo se ciñen a la figura femenina. También envuelven los sueños de varias decenas de mujeres africanas que pueden tener en la moda su futuro. Eso es precisamente el objetivo del desfile de modelos que tuvo lugar ayer en el Tendayu del Pueblo de Asturias, organizada por la ONG Harambee en colaboración con la Asociación Asturiana de Diseño y Moda. "Queremos ayudar a estas mujeres a labrarse su futuro", explicaba Ana Cristina de Andrés, una de las organizadoras del evento.

Porque con la recaudación de la jornada, compuesta por la entrada al evento y la rifa de las creaciones que ayer se vieron sobre la pasarela, así como por la venta de bisutería y complementos, se darán 30 becas a mujeres de Costa de Marfil. Las becas suponen un curso de corte y confección, además de una máquina de coser para cada una y "una pequeña formación de alfabetización para que dentro de un tiempo, aunque sea de forma muy humilde, puedan montar sus propios negocios y ser independientes económicamente", señalaba De Andrés.

Sobre la pasarela, con modelos de la Asociación de Diseño y Moda, así como con voluntarias no profesionales, se vieron creaciones coloristas, llenas de volumen, femeninas y sobre todo, solidarias. Los encargados de darles forma han sido 18 diseñadores asturianos y de fuera de la región, con la presencia estrella de Javier Simorra. El diseñador barcelonés se mostraba "encantado de poder ayudar en una empresa como esta; cuando me lo comentaron no lo dudé y aquí estoy", contaba antes de que las modelos mostraran las creaciones. La suya es "muy colorista, con mucho volumen, haciendo homenaje a las mujeres de África con estos tejidos maravillosos". Porque "no es nada complicado diseñar para este tipo de telas, el estampado te va indicando el diseño".

El resultado saltó a la vista, nunca mejor dicho, en forma de una explosión de color, formas, vuelos y geometrías. Más de 300 personas asistieron al desfile para colaborar con las mujeres africanas, procedentes de doce pueblos del distrito marfileño de Bingerville de las que se espera que sean el futuro económico del continente. El éxito ha sido tal que Ana Cristina de Andrés vaticina que repetirá. "Dentro de un par de años, en Oviedo". Para entonces, las alumnas africanas ya serán expertas modistas.