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Chema Castiello: "El fotoperiodismo ha sido clave para entender la inmigración"

El profesor presenta el ensayo "Huellas de luz, registros de dolor", en el que se acerca a la "fotografía humanista" a través de seis autores españoles

Chema Castiello, ayer, con un ejemplar de su ensayo. JUAN PLAZA

Los españoles saben de emigraciones y exilios. La baqueteada historia peninsular -entre las quimeras del oro del Nuevo Mundo, las persecuciones religiosas y políticas o la pertinaz miseria de capas completas de la población- está repleta de copiosos episodios de búsqueda de una vida mejor más allá de las fronteras nacionales, en el extranjero próximo y en el lejano de las tierras transoceánicas. Un fenómeno intenso en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, durante el franquismo, que se ha repetido con el estallido de la recesión económica de 2008. Lo que ha sido más raro -hablamos de la historia contemporánea, claro- es que el país fuera territorio de llegada y acogida de un elevado número de inmigrantes. Eso ocurrió de manera relevante a partir de los años noventa, durante la década y media de economía espectacular y especulativa ligada al hinchamiento de la llamada "burbuja del ladrillo": llegaron seis millones de personas procedentes del Magreb y de Latinoamérica, pero también -lo que era más insólito- del Este de Europa y del África subsahariana.

Un crecimiento demográfico que puso a prueba las costuras sociales y que enseñó a los españoles la cara, nunca mejor dicho, de una realidad inusitada que afecta fundamentalmente a los países del sur de Europa. "El fotoperiodismo y el documentalismo han sido claves para entender y sensibilizar sobre la inmigración", afirma Chema Castiello. Este profesor gijonés nacido en 1952, director jubilado del Instituto Padre Feijoo, además de miembro relevante del Grupo Eleuterio Quintanilla -constituido en 1994 para dar precisamente adecuada respuesta en las aulas a la llegada de niños y jóvenes inmigrantes-, tiene nuevo libro. Acompañado de Ángel Alonso y Javier Bauluz, premio "Pulitzer" por su trabajo como fotoperiodista, presentará mañana "Huellas de luz, registros de dolor", un notable ensayo que su autor ha puesto bajo un más clarificador epígrafe: "Testimonios de la fotografía de la inmigración". Una razonada defensa de la "fotografía humanista", sintagma y concepto del gusto del ensayista, y un lúcido análisis del tratamiento fotográfico de la inmigración: el drama de las arribadas en pateras o cayucos; el desgarramiento humano frente a las vallas de Ceuta y Melilla, pero también las historias cotidianas de los que resisten, sobreviven y logran quedarse en España.

"El libro es un recorrido por esa fotografía de la inmigración", explica el ensayista. Un itinerario para el que se sirve de la obra de seis de los más sobresalientes fotoperiodistas y documentalistas españoles: el citado Bauluz, Juan Medina, Sergi Cámara, Clemente Bernad, Olmo Calvo y Consuelo Bautista. El autor entrevista a sus antologados, muestra sus imágenes, indaga en sus preocupaciones y estilos: "El fotoperiodista tiene siempre una historia que contar que no está en los medios; a mí, además, me interesaba que fueran activistas, caso de Bauluz". A su juicio, fotoperiodistas serían los cuatro primeros, mientras que los dos segundos ofrecen quizás un perfil más cercano a lo que se entiende por un documentalista.

"Bauluz lo ha hecho todo: su foto del inmigrante muerto en una playa al lado de una pareja que está bajo una sombrilla ha dado la vuelta al mundo; Medina ha contado como nadie la muerte en el Atlántico; Cámara ha recorrido los caminos de la inmigración; Bernad tiene el único testimonio del regreso del cadáver de un inmigrante a su lugar de partida; Calvo documentó, cuando Rubalcaba lo negaba, los cacheos y las redadas a inmigrantes, y Bautista ha atendido al discurso globalizador de la sociedad multicultural", resume Chema Castiello. Éste ya publicó en 2013 un imprescindible trabajo ("El infierno de los vivos") sobre el origen de la fotografía documental en Estados Unidos: de Jacob Riis o Lewis Hine a Walker Evans. En 1992, estuvo en el país americano investigando para su tesis doctora".

"Me interesa la fotografía del sufrimiento de la gente y el humanismo que se emplea en que el ser humano viva una vida mejor", afirma el ensayista. O sea, lo que él llama "fotografía humanista": "Sí, la que da cuenta del devenir de la humanidad, sobre todo de las poblaciones humildes y necesitadas de la solidaridad de los demás". Cita en el pórtico de su libro a Susan Sontag y Walter Benjamin, dos de sus referencias intelectuales en el esclarecimiento de la potencia e insuficiencias de la fotografía. Chema Castiello cree que toda imagen, "la congelación de un instante", necesita con el tiempo un texto que la contextualice y la explique. Trabaja ahora en una averiguación sobre el tratamiento que da a los magrebíes el cine español. Muestra una cierta perplejidad por la escasa atención que los cineastas (la excepción es Chus Gutiérrez y pocos más) vienen prestando a los inmigrantes. Y también por el escaso eco que la prensa les dispensa una vez integrados.

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